miércoles, 8 de mayo de 2013

VESTIMENTA:

Tipos de togas:
Toga exigua: El primer y más primitivo tipo de toga. Estas togas eran utilizadas en los primeros períodos y su manera de vestir era simple y utilitaria.
Toga virilis/pura: Era la toga que todo ciudadano romano comenzaba a utilizar luego de su mayoría de edad. Esta era blanca, sin adornos ni tintura.
Toga praetexta: El uso de esta toga estaba reservada a los magistrados, y los niños que todavía no alcazaran la mayoría de edad -al cumplir 16 o 17 años, dependiendo de su fecha de nacimiento- la cambiaban por la toga virilis.
Toga candida: Proviene de "candidus", brillante. Esta toga la utilizaban los candidatos a una oficina pública. Su nombre proviene de que eran tratadas con tiza para darle un color blanco que resalte. Esto significaba la pureza de sus intenciones.
Toga pulla: Esta toga, hecha con lana negra, era la toga utilizada en el luto. Con este tipo de toga se comunicaba que el portador estaba sufriendo por la pérdida. Es importante aclarar que las familias patricias no utilizaban la toga pulla.
Toga picta; capitolina; purpurea: Adornada con hilo de oro y distintos ornamentos. En un principio fue vestida por los generales en los desfiles triunfales. Luego fue adoptada por algunos emperadores en eventos públicos o discursos y conocida como purpurea.
Toga purpura: Esta toga data de mucha antigüedad. Tenida completamente de purpura, aunque había algunas versiones color blanco y purpura. Era utilizada por los antiguos reyes y también por algunos emperadores de la era imperial pero ya conocida como purpurea.
Toga muliebris La toga vestida por las prostitutas y mujeres divorciadas por adulterio.

La comida en la Roma antigua ¿Qué comían los antiguos romanos?

Os dejamos un artículo muy sugerente e interesante sobre la comida en Roma. El artículo nos lo hemos traído de un blog que nos encanta: Arqueohistoria.

Antes de que aparecieran en las mesas de los poderosos exóticas viandas procedentes de lugares tan dispares como Guinea (faisanes), Persia (gallos), India (pavos), Hispania (conejos), Ambracia (corzos), Calcedonia (atunes), Tarento (ostras y almejas), Ática (mejillones) o Dafne (tordos), los romanos no conocieron más que los alimentos básicos que proporcionaba la tierra: cereales, legumbres, hortalizas, leche o huevos.

Cuando los recursos escaseaban, el alimento básico fue el puls durante más de 300 años. Se trataba de una especie de gachas de harina de trigo
Pero la glotonería y el despilfarro de comida en los que incurrieron los romanos de la época imperial no fue siempre así. Cuando los recursos escaseaban, el alimento básico fue el puls durante más de 300 años. Se trataba de una especie de gachas de harina de trigo. Este paupérrimo plato derivó, en los tiempos de mayor abundancia, hacia el puls iuliano, que contenía ostras hervidas, sesos y vino especiado.
El alimento básico de la sociedad romana era el trigo. En tiempos de Julio César (49-44 antes de Cristo), unos 230.000 romanos se beneficiaban de los repartos de este cereal (annona) con el que se producía la harina y, por consecuencia, el pan.
A su lado, otro alimento destacado en la dieta romana era el vino, aunque la ciencia por conservarlo estaba poco desarrollada. Como se agriaba con facilidad en las ánforas donde se almacenaba, se bebía con especies, o se servía caliente y aguado.
Quienes no se podían permitir grandes dispendios en tiempos de carestía desayunaban sopas de pan y vino. Estas abundaban: de farro, garbanzos y verduras, coles, hojas de olmo, malva, etc.
El romano que podía hacía un gran consumo de leche, de cabra o de oveja. Así como de las aceitunas. La carne más consumida era la de cerdo, a la que con el tiempo se le fueron sumando las de buey, cordero, oveja, cabra, ciervo, gamo y gacela. Incluso la de perro.
La dieta del romano durante la República apenas alcanzaba las 3.000 calorías, de las que al menos 2.000 procedían del trigo. Los ricos se aficionaban al consumo de carne condimentada con una serie de productos que iban determinando las características de la futura gran cocina imperial: pimienta, miel, coriandro, ortiga, menta y salvia.
Los romanos comían tres o cuatro veces al día:
  • desayuno (ientaculum),
  • almuerzo (prandium),
  • merienda (merenda) y
  • cena (cena)
Esta última era la más importante. Se hacía en familia, al final de la jornada. Uno de sus mayores placeres era una buena conversación en torno a la mesa. De la cena diaria a base de lechuga, huevos duros, puerros, gachas y judías con tocino se pasaba a una sofisticada cena de convite con invitados dividida en tres partes:
  • el gustus o aperitivo para abrir el apetito (melón, atún, trufas, ostras,…),
  • la prima mesa (cabrito, pollo, jamón, marisco, ….) que era el plato fuerte, y
  • la secunda mesa, los postres.
  • La comida en la época Imperial

    Bocados de lujo eran el loro y el flamenco. Se evitaban las carnes de ibis y cigüeña porque devoraban serpientes, y la de golondrina, que comía mosquitos.
    En la época imperial nadie ponía coto a la gula ni al derroche en la mesa: pollos, gallinas y ocas se engordaban con harina hervida y aguamiel o con pan empapado en vino dulce.

    El pescado más apreciado fue el salmonete. Los pobres que no podían aspirar a las especies de mar o a las procedentes de los bulliciosos vivideros se consolaban con degustar las morrallas en salmuera (maenae).
    Los ricos comían mucho en casas de amigos, en los banquetes. Los pobres, por el contrario, a menudo lo hacían en la calle puesto que no siempre disponían de fogones ni pucheros en los que cocinar. Las algarrobas y los altramuces formaban parte de su dieta.
    La plebe solo accedió al consumo de carne en la época de Aureliano (siglo III), cuando se repartía gratis. Era de burro. La carne de buey se reservaba para la mesa de los pudientes.
    A modo de curiosidad, la llamada moretum, cuyos principales ingredientes eran queso de oveja, apio y cebolla, era la primera comida que hacían los recién casados

martes, 30 de abril de 2013

LAS TERMAS ROMANAS

"Balnea termas" era como llamaban los romanos a los edificios que albergaban sus baños públicos. Las termas fueron los primeros intentos de proporcionar baños comunales a gran escala, pero lo cierto es que cuando el emperador Agripa diseñó y creó las primeras grandes termas en el año 25 a.C., los ciudadanos romanos ya llevaban más de 200 años disfrutando de pequeños balnearios. Estos pequeños balnearios estaban diseñados principalmente para el disfrute vecinal; había muchos y podía encontrarse uno cada pocas casas. La popularidad que alcanzaron fue lo que impulsó a Agripa a construir una colosal casa de baños en una zona céntrica de Roma. Pero no todos los romanos estaban entusiasmados con las termas. Séneca, el filósofo y estadista, opinaba que "la sudoración debe ser resultado de un gran esfuerzo físico y no de una improductiva sesión en una sala caliente". Las termas se convirtieron en uno de los proyectos principales de todos los emperadores posteriores a Agripa. Cada uno de ellos trató de dejar en mal lugar a su predecesor, haciendo su baño más espacioso, más espléndido y más popular. Los baños llevaban el nombre del emperador que los había construído y los más importantes fueron los de Nerón en el año 65, Tito en el 81, Domiciano en el 95, Cómodo en el 185, Caracalla en el 217, Diocleciano en el 305 y Constantino en el 315. Para asegurar su popularidad y la notoriedad del emperador, los precios para utilizar los baños eran ridículamente bajos o incluso gratuitos. Como no generaban suficientes ingresos las termas tuvieron que ser subvencionadas. Los emperadores, por supuesto, gozaban de sus propios baños privados y de algunos de ellos se dice que se bañaban siete u ocho veces al día.
Terma de Caracalla
Avances tecnológicos Algunas de las termas fueron lo suficientemente grandes como para dar cabida a miles de personas. La de Diocleciano, por ejemplo, tenía capacidad para albergar a 6.000 bañistas. Esto sólo pudo ser posible gracias a importantes avances tecnológicos. Los problemas de ubicación se resolvieron mediante la mejora de los acueductos. Los ingenieros romanos mejoraron el sistema de calefacción griego llamado 'hipocausto', que consistía en canalizar aire caliente procedente de un horno, a través de tubos de barro cocido situados bajo las losas del suelo. Con este sistema se obtenían unas temperaturas tan altas, que los bañostas debían proteger las plantas de sus pies con un calzado especial.
Terma de Diocleciano
Utilización Los patricios se hacían acompañar por un esclavo y llevaban sus propios enseres para el baño: pinceles, frascos con aceites y utensilios para frotarse la espalda. Los más pobres sustituían los aceites por harina de lentejas y se frotaban la espalda unos a otros. La rutina comenzaba con una extenuante sesión de ejercicios en la palestra. Posteriormente, el bañista se introducía en el 'tepidarium' donde se relajaba mientras era ungido con aceites. A continuación se pasaba al 'caldarium' donde se tomaba un baño caliente, y finalmente al 'frigidarium' donde el baño era con agua fría. Después de finalizar la sesión, los bañistas se retiraban a las zonas exteriores donde hacían vida social. Las termas romanas fueron bautizadas por los primeros cristianos como 'catedrales de la carne'.

EL TIEMPO Y EL CALENDARIO ROMANO

La Vida de los romanos estaba regida por un calendario de origen etrusco o anterior.
El año constaba de 10 meses; cuatro de 31 días y seis de 30, en total 304 días. Los cuales eran divididos a su vez en décadas, es decir, 10 días (semanas de 10 días).  

                        El día estaba dividido en 24 horas, 12 diurnas y 12 nocturnas, guiadas por el sol. El tiempo era medido por relojes de sol, solarium. También se conocía el uso de las clepsydra, relojes de agua, parecidos a los de arena. Por la mañana estaba la prima, de 6 a.m a 7, la secunda de 7 a 8, la tertia de 8 a 9, la quarta de 9 a 10, la quinta de 10 a 11 y la sexta de 11 a 12. Por la tarde la septima de 12 a 1, la octava de 1 a 2, la nona de 2 a 3, la decima de 3 a 4, la undecima de 4 a 5, la duodecima de 5 a 6. Por la noche la prima vigilia de 6 a 9, la secunda vigilia de 9 a 12, la tertia vigilia de 12 a 3 y por último la quarta vigilia de 3 a 6 a.m.
Los días eran: Lunes del latín "lunae dies", día de la luna. Se atribuye a la luna una cierta influencia sobre los seres humanos. Martes del latín "martis dies", día de Marte. Marte era el dios de la guerra. Miércoles del latín "mercuri dies", día de Mercurio. Era el dios del comercio y el de los viajeros, por ese motivo sus templos se edificaban a la entrada de los pueblos. Jueves del latín "jovis dies", día de Júpiter. El dios del cielo, de la luz del día, del tiempo atmosférico. Viernes del latín "veneris dies", día de Venus. Antes de la fundación de Roma, Venus era venerada como la diosa protectora de los huertos, pero a partir del siglo II a.e.c. se la denominó diosa del amor. Sábado "saturnis dies" sustituido por los cristianos por el sabbatum, del hebreo "sabbath" que significa descanso. Para los hebreos y la gente que vive en Israel es el último día de la semana. Domingo "solis dies", sustituido por los cristianos posteriormente, del latín "dominicus dies", día del Señor.
El año comenzaba el 1 de marzo. Los meses eran:
Martius, dedicado a Marte; también era venerado como una divinidad de la vegetación, ya que en este mes empieza la primavera y con ella el florecer de las plantas. (31 días).
Aprilis, derivado de Aperire (Aperta), abrir, porque la tierra se abre este mes, “las flores”; también tiene que ver con una veneración a “Aper”, jabalí venerado por los romanos y la etimología de origen oriental “aparas” siguiente, o sea, siguiente al primer mes, ya que es el segundo  (30).
Maius consagrado a Maia, una de las siete hijas del personaje mitológico griego Atlas y Pleyone, también se identifica con una diosa unida a Vulcano. O con dos "maiorum”  ancianos, con lo cual este seria su mes  (31).
Junio dedicada a la diosa etrusca Iuno, muy venerada por las mujeres casadas y las jóvenes que se disponían a dar a luz (30).
El resto de meses adquiría su nombre según el orden numérico Quintilis (31), Sextilis (30), September (30), October (31), November (30) y December (30).
Posteriormente los Etruscos introdujeron los meses de Enero y Febrero. Numa Pompilo (716-673 a.e.c.) añadió los meses de Ianuarius, dedicado a Jano dios de las puertas, al comienzo del año; pero una vez que la dinastía fue expulsada en el siglo VI a.e.c. ,siguió siendo Marzo el primer mes del año hasta que a mediados del siglo II a.e.c. se retomo Enero. Y Februarius, dedicado a Plutón (Februus) dios del infierno, de los muertos; al final del año, se consagró como un rito de purificación, para que los difuntos no hicieran daño o no molestaran. Además redujo el número de días de los meses para sumar un total de 355 días, con lo que adaptaba el calendario al ciclo lunar. Los meses quedarían así:
Ianuarius (29 días), Februarius (28), Martius (31), Aprilis (29), Maius (31), Iunius (29), Quintilis (31), Sextilis (29), September (29), October (31), November (29) y December (29).
No existían meses con número de días par, porque los primeros romanos los consideraban de mala suerte, excepto el mes de febrero, y por esa misma razón el año tiene 355 días, en lugar de los 354 de ciclo lunar.
Cada dos años se añadía un mes de 22 ó 23 días (Mercedinus, o Mercedonius). Este mes se intercalaba entre el 23 y el 24 de febrero, y los cuatro días que quedaban de febrero se consideraban incluidos en Mercedinus. Así el año tenia un total de 366 días y cuarto. Para evitar este desfase en el año 450 a.e.c. se acordó que cada ocho años se intercalara tres veces el Mercedinus: la octoetérida. La octoetérida se fundamenta en los cálculos que realizó Cleostrato de Tenedos en el año 500 a.e.c. La intercalación, y el cómputo de los años, estaba en manos de los sacerdotes, quienes obraban, según sus intereses. Las reglas de cálculo del calendario fueron secretas hasta que Cneo Flavio las robó en el 304 a.e.c. El sistema era demasiado complicado y arbitrario.
En tiempos de Julio César había un desfase de tres meses entre el año civil y el astronómico, por lo que se hacía imprescindible una reforma. El desajuste era tan grande que el Emperador encargó al astrónomo griego Sosígenes que le asesorase sobre la reforma del calendario. Sosígenes aconsejó abandonar el calendario lunar para adoptar un calendario basado únicamente en el año solar. Cesar decretó a continuación que cada año tendría a partir de entonces 365 días, añadiéndose un día extra cada cuatro años (año que más tarde se vino a llamar bisiesto), en el mes de febrero. Para compensar el desfase acumulado, se decretó que el año 46 a.e.c. tendría 445 días. En honor del reformador, se cambió el nombre de un mes, que vino a llamarse julio. Este calendario se conoce como juliano desde entonces. Este calendario es usado hoy en día en algunas iglesias orientales. En Occidente se uso hasta 1582, año en que el Papa Gregorio XIII lo corrigió y es el que utilizamos en la actualidad.
En la época imperial, quintilis y sextilis fueron sustituidos por Julio y agosto en honor de Julio César y de Octavio Augusto.
La manera de contar los días resulta al menos curiosa. El mes lunar tenía tres fechas señaladas: las calendae (el primer día y es de donde proviene la palabra de calendario, se correspondía con la luna nueva), las nonae (el quinto día, se correspondía con el cuarto creciente) y los idus, la luna llena, el decimotercer día).
Los días se denominaban dependiendo de los días que faltasen hasta la próxima fecha señalada. Las calendas eran el primer día del mes, las nonas eran el día 5 (excepto en marzo, mayo, julio y octubre que eran el día 7), y los idus eran el día 13 (excepto en marzo, mayo, julio y octubre que eran el día 15). Esta división procede del ciclo lunar.
Teóricamente las calendas corresponden al novilunio, las nonas al cuarto creciente y los idus al plenilunio. El día anterior también se llamaba vísperas, y el anterior a las vísperas antevísperas. Se llamaba calendao, o avisos, el primer día porque en este día los pontífices, supuestamente utilizando una formula ancestral, avisaban desde el Capitolio si las nonae caerían al séptimo o el noveno día del mes y los idus el 13 ó 15 del mes. No existían semanas propiamente dichas, como hemos citado con anterioridad, aunque se celebraba un mercado cada ocho días, y los días entre mercados se designaban: A, B, C, D, E, F, G y H, que se sucedían correlativamente comenzando a contar con A desde el 1 de enero.
Los romanos contaban sus años, en los documentos oficiales, según quien gobernara, reyes cónsules o emperadores.
Fue Terencio Varrón quien estableció, definitivamente, que la fundación de Roma había tenido lugar en el año 753 a.e.c. No obstante hubo intentos anteriores como el de Fabio Pictor, que la estableció en el 747 a.e.c.; Polibio, 750 a.e.c.; Marco Porcio Catón, 751 a.e.c.; y Verrio Flaco, 752 a.e.c.; datos que se deben tener en cuenta a la hora de datar hechos. Tito Livio se adhiere a la fecha de Catón, aunque en ocasiones usa la de Fabio Pictor. Cicerón usa el cómputo de Varrón, que al final es el usado por Plinio, y el empleado por los historiadores modernos. Esta era comenzaba el 21 de abril, aunque normalmente se reduce al 1 de enero.
Los días festivos del calendario romano eran marcador por el Pontifex Maximus, quien decidía cuando se podían realizar actividades públicas y privadas.
En resumen; el calendario desde la época imperial hasta el año 1582 con la reforma del papa Gregorio XIII, era:
Ianuarius (30 días), Februarius (28), Martius (31), Aprilis (31), Maius (31), Iunius (30), Iulius (31), Augustus (31), September (30), October (31), November (30) y December (31).
Cada 4 años se añade un día extra al mes de Febrero para corregir el desfase con el calendario Astronómico; llamado año bisiesto.
Este es el llamado calendario Juliano.
Nivel de estudios
Edad de los alumnos
Nombre del profesor
Planes de estudio
 
Locales
Metodología
Elemental (primario)
 7-11
(En el Imperio, para pobres había escuelas gratuitas)
 
 
Ludi magister o Litterator
Lectura, escritura, cuentas y memoriza-ciones sencillas. Ley de las Doce Tablas.
Objetivo: cultura básica y actitud cívica.
Pergulae =  azoteas o tabernae =  tiendas
 
Memorización, castigos corporales: se usa la férula
Medio (secundario)
 12-16
(ricos o privilegiados)
 
 
 
Grammaticus
Explicaciones de poetas griegos y romanos.
Se persigue el perfecto dominio de la lengua
Tabernae a lo largo del foro, abiertas al público
Comentario de texto total: gramática, métrica
historia
mitología,geo-grafía.
Memorización
Superior (uni-versitario)
 17-20
(alumnos que aspiran al cursus honorum -carrera política-).
 
 
 

Rhetor

Oratoria: reglas, fórmulas, dicursos, declamaciones.
Objetivo: formar para la elocuencia
Pórticos del foro. Desde el Imperio el Estado facilita hermosas aulas.
 
Ejercicios prácticos: suasoriae
controversiae
 La lectoescritura es un proceso y una estrategia. Como proceso lo utilizamos para acercarnos a la comprensión del texto. Como estrategia de enseñanza-aprendizaje, enfocamos la interrelación intrínseca de la lectura y la escritura, y la utilizamos como un sistema de comunicación y metacognición integrado.

Se llama desarrollo del lenguaje (o adquisición de la lengua materna) al proceso cognitivo por el cual los seres humanos adquieren la capacidad de comunicarse verbalmente usando una lengua natural.
se produce en un período crítico, que se extiende desde los primeros meses de vida hasta el inicio de la adolescencia. En la mayoría de seres humanos el proceso se da principalmente durante los primeros cinco años, especialmente en lo que se refiere a la adquisición de las formas lingüísticas y de los contenidos. Durante estos primeros años tiene lugar a mayor velocidad de aprendizaje y se adquieren los elementos básicos y sus significados, y hasta la preadolescencia se consolida el uso, la inferencia pragmática y la capacidad para entender enunciados no-literales (irónicos, sarcásticos, etc.). Los primeros años, constituyen el período fundamental aunque el desarrollo del lenguaje se prolonga mucho más allá de los primeros años.

Muchas  investigaciones siguen realizándose sobre el estudio de las lenguas. En las que se hacen  en el ámbito de las lenguas extranjeras en particular, cabe siempre reconocer las diferencias entre individuos, la manera cómo aprender y los entornos en que se encuentran. El autor de esta reflexión se sirve de estas realidades para recordar el indispensable papel de los docentes, así como el que desempeñan los factores biológicos de los aprendientes en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
La caligrafía (del griego καλλιγραφία) es el arte de escribir con letra artística y correctamente formada,
siguiendo diferentes estilos; pero también puede entenderse como el conjunto de rasgos que caracterizan la escritura de una persona o de un documento.

miércoles, 24 de abril de 2013

LA EDUCACIÓN (La Antigua Romana)


  Infantes

La lactancia y los primeros cuidados, eran consagrados a una ama de crianza, ama de leche o nodriza es una mujer que amamanta a un lactante que no es su hijo, considerada por el niño como una segunda madre. Los primeros juguetes eran los sonajeros (crepitacula).(nutritor o tropheus), responsable de enseñarle a leer y de su educación hasta la pubertad, que con sus propios padres debían dirigirse llamándole domine (señor).

La escuela

La escuela estaba regida por el calendario religioso, las clases se daban por las mañanas y era mixta hasta los doce años. Un grammaticus era el responsable de enseñarle a los niños los autores clásicos y la mitología, mientras que a las niñas, consideradas adultas a los catorce años (domina, kyria), podían tener un que le enseñara los clásicos. La educación tenía lugar en el gymnasium o en la palaestra. En oriente, las principales materias eran Griego, Homero, Retórica, Filosofía, Música y Deporte. En cambio, en la mitad occidental, se enseñaba además latín, en detrimento de la música y el deporte. A los dieciséis o diecisiete años, había una bifurcación en el camino de los jóvenes, que tenían que decidirse por el ejército, o los estudios (cursus honorum).

La edad

La mayoría de edad se conseguía al vestir la toga viril, decisión que dependía del tutor o del padre. Que el hijo formara una familia (paterfamiias)era sólo posible tras la muerte de su padre, siendo condenados a muerte por el padre si incumplían esta norma. Entre tanto, sus hijos recibían un pequeño salario (peculium)y debían responder a su autoridad (patria potestas)'

[editar] La escritura

Escribían generalmente sobre papiro o pergamino, aunque también utilizaban en menor medida tablillas de marfil o de cera. Tenían útiles de escritura como el punzón y el tintero.Los padres fueron los que educaron a los hijos en la Roma de los primeros tiempos. Las costumbres, las creencias y las leyendas iban pasando así familiarmente de unas generaciones a otras. Generalmente, era la madre (si sabía) la que enseñaba a leer, escribir y hacer cuentas. El padre procuraba irle enseñando las leyes y costumbres de todo buen ciudadano romano.

Expansión

Con la expansión de Roma, sobre todo al conquistar Grecia, se hizo necesario abrir nuevos caminos en el mundo de la educación. Así, las familias que tenían medios pudieron disponer del siguiente plan de estudios para sus hijos:
De pequeños podían tener un maestro en casa (magister), que generalmente era un esclavo o liberto griego o bien ir a una escuela llevados por un esclavo (pædagogus) que después también les repasaba las lecciones en casa. En la primera etapa educativa, el niño aprendía con un maestro (magister ludi, litterator y calculator) a leer, escribir y hacer cuentas. La disciplina era severa, pero los niños jugaban con letras de madera o marfil y con ellas aprendían a leer y a escribir. Por eso a esta escuela le llaman «juego» (ludus) y el maestro era magister ludi. La escuela se situaba en un pequeño cuarto (taberna, pergula), en una cabaña o en el jardín (según el tiempo y las posibilidades). El maestro tenía una silla (cathedra) o un taburete (sella). Los niños se sentaban en escaños (subsellia). Los instrumentos de trabajo eran unas tablas enceradas (tabulæ, ceræ) en las que rascaban con punzones (stilus) que por un lado eran puntiagudos y por otro acababan en una espátula con la que se alisaba la cera y así quedaba lista para volver a escribir en ella (stilum vertere).
La segunda etapa podía ser privada o pública. El profesor era el grammaticus que enseñaba a entender y comentar los textos literarios. Comentando los textos clásicos, los niños aprendían de todo: geografía, historia, física, religión, etc. Con el tiempo, la grammatica empezaría a ser también estudio sobre la lengua que hablaban y esta innovación acabaría eliminando el primitivo concepto de grammatica. La tercer etapa preparaba en la elocuencia al futuro político romano. El profesor era el rhetor (maestro de oratoria). Quintiliano, por ejemplo, escribió muchas notas pedagógicas de cómo formar al orador. Entre los ejercicios frecuentes estaba la realización de juicios ficticios en los que unos alumnos acusaban y otros defendían.