miércoles, 8 de mayo de 2013

VESTIMENTA:

Tipos de togas:
Toga exigua: El primer y más primitivo tipo de toga. Estas togas eran utilizadas en los primeros períodos y su manera de vestir era simple y utilitaria.
Toga virilis/pura: Era la toga que todo ciudadano romano comenzaba a utilizar luego de su mayoría de edad. Esta era blanca, sin adornos ni tintura.
Toga praetexta: El uso de esta toga estaba reservada a los magistrados, y los niños que todavía no alcazaran la mayoría de edad -al cumplir 16 o 17 años, dependiendo de su fecha de nacimiento- la cambiaban por la toga virilis.
Toga candida: Proviene de "candidus", brillante. Esta toga la utilizaban los candidatos a una oficina pública. Su nombre proviene de que eran tratadas con tiza para darle un color blanco que resalte. Esto significaba la pureza de sus intenciones.
Toga pulla: Esta toga, hecha con lana negra, era la toga utilizada en el luto. Con este tipo de toga se comunicaba que el portador estaba sufriendo por la pérdida. Es importante aclarar que las familias patricias no utilizaban la toga pulla.
Toga picta; capitolina; purpurea: Adornada con hilo de oro y distintos ornamentos. En un principio fue vestida por los generales en los desfiles triunfales. Luego fue adoptada por algunos emperadores en eventos públicos o discursos y conocida como purpurea.
Toga purpura: Esta toga data de mucha antigüedad. Tenida completamente de purpura, aunque había algunas versiones color blanco y purpura. Era utilizada por los antiguos reyes y también por algunos emperadores de la era imperial pero ya conocida como purpurea.
Toga muliebris La toga vestida por las prostitutas y mujeres divorciadas por adulterio.

La comida en la Roma antigua ¿Qué comían los antiguos romanos?

Os dejamos un artículo muy sugerente e interesante sobre la comida en Roma. El artículo nos lo hemos traído de un blog que nos encanta: Arqueohistoria.

Antes de que aparecieran en las mesas de los poderosos exóticas viandas procedentes de lugares tan dispares como Guinea (faisanes), Persia (gallos), India (pavos), Hispania (conejos), Ambracia (corzos), Calcedonia (atunes), Tarento (ostras y almejas), Ática (mejillones) o Dafne (tordos), los romanos no conocieron más que los alimentos básicos que proporcionaba la tierra: cereales, legumbres, hortalizas, leche o huevos.

Cuando los recursos escaseaban, el alimento básico fue el puls durante más de 300 años. Se trataba de una especie de gachas de harina de trigo
Pero la glotonería y el despilfarro de comida en los que incurrieron los romanos de la época imperial no fue siempre así. Cuando los recursos escaseaban, el alimento básico fue el puls durante más de 300 años. Se trataba de una especie de gachas de harina de trigo. Este paupérrimo plato derivó, en los tiempos de mayor abundancia, hacia el puls iuliano, que contenía ostras hervidas, sesos y vino especiado.
El alimento básico de la sociedad romana era el trigo. En tiempos de Julio César (49-44 antes de Cristo), unos 230.000 romanos se beneficiaban de los repartos de este cereal (annona) con el que se producía la harina y, por consecuencia, el pan.
A su lado, otro alimento destacado en la dieta romana era el vino, aunque la ciencia por conservarlo estaba poco desarrollada. Como se agriaba con facilidad en las ánforas donde se almacenaba, se bebía con especies, o se servía caliente y aguado.
Quienes no se podían permitir grandes dispendios en tiempos de carestía desayunaban sopas de pan y vino. Estas abundaban: de farro, garbanzos y verduras, coles, hojas de olmo, malva, etc.
El romano que podía hacía un gran consumo de leche, de cabra o de oveja. Así como de las aceitunas. La carne más consumida era la de cerdo, a la que con el tiempo se le fueron sumando las de buey, cordero, oveja, cabra, ciervo, gamo y gacela. Incluso la de perro.
La dieta del romano durante la República apenas alcanzaba las 3.000 calorías, de las que al menos 2.000 procedían del trigo. Los ricos se aficionaban al consumo de carne condimentada con una serie de productos que iban determinando las características de la futura gran cocina imperial: pimienta, miel, coriandro, ortiga, menta y salvia.
Los romanos comían tres o cuatro veces al día:
  • desayuno (ientaculum),
  • almuerzo (prandium),
  • merienda (merenda) y
  • cena (cena)
Esta última era la más importante. Se hacía en familia, al final de la jornada. Uno de sus mayores placeres era una buena conversación en torno a la mesa. De la cena diaria a base de lechuga, huevos duros, puerros, gachas y judías con tocino se pasaba a una sofisticada cena de convite con invitados dividida en tres partes:
  • el gustus o aperitivo para abrir el apetito (melón, atún, trufas, ostras,…),
  • la prima mesa (cabrito, pollo, jamón, marisco, ….) que era el plato fuerte, y
  • la secunda mesa, los postres.
  • La comida en la época Imperial

    Bocados de lujo eran el loro y el flamenco. Se evitaban las carnes de ibis y cigüeña porque devoraban serpientes, y la de golondrina, que comía mosquitos.
    En la época imperial nadie ponía coto a la gula ni al derroche en la mesa: pollos, gallinas y ocas se engordaban con harina hervida y aguamiel o con pan empapado en vino dulce.

    El pescado más apreciado fue el salmonete. Los pobres que no podían aspirar a las especies de mar o a las procedentes de los bulliciosos vivideros se consolaban con degustar las morrallas en salmuera (maenae).
    Los ricos comían mucho en casas de amigos, en los banquetes. Los pobres, por el contrario, a menudo lo hacían en la calle puesto que no siempre disponían de fogones ni pucheros en los que cocinar. Las algarrobas y los altramuces formaban parte de su dieta.
    La plebe solo accedió al consumo de carne en la época de Aureliano (siglo III), cuando se repartía gratis. Era de burro. La carne de buey se reservaba para la mesa de los pudientes.
    A modo de curiosidad, la llamada moretum, cuyos principales ingredientes eran queso de oveja, apio y cebolla, era la primera comida que hacían los recién casados

martes, 30 de abril de 2013

LAS TERMAS ROMANAS

"Balnea termas" era como llamaban los romanos a los edificios que albergaban sus baños públicos. Las termas fueron los primeros intentos de proporcionar baños comunales a gran escala, pero lo cierto es que cuando el emperador Agripa diseñó y creó las primeras grandes termas en el año 25 a.C., los ciudadanos romanos ya llevaban más de 200 años disfrutando de pequeños balnearios. Estos pequeños balnearios estaban diseñados principalmente para el disfrute vecinal; había muchos y podía encontrarse uno cada pocas casas. La popularidad que alcanzaron fue lo que impulsó a Agripa a construir una colosal casa de baños en una zona céntrica de Roma. Pero no todos los romanos estaban entusiasmados con las termas. Séneca, el filósofo y estadista, opinaba que "la sudoración debe ser resultado de un gran esfuerzo físico y no de una improductiva sesión en una sala caliente". Las termas se convirtieron en uno de los proyectos principales de todos los emperadores posteriores a Agripa. Cada uno de ellos trató de dejar en mal lugar a su predecesor, haciendo su baño más espacioso, más espléndido y más popular. Los baños llevaban el nombre del emperador que los había construído y los más importantes fueron los de Nerón en el año 65, Tito en el 81, Domiciano en el 95, Cómodo en el 185, Caracalla en el 217, Diocleciano en el 305 y Constantino en el 315. Para asegurar su popularidad y la notoriedad del emperador, los precios para utilizar los baños eran ridículamente bajos o incluso gratuitos. Como no generaban suficientes ingresos las termas tuvieron que ser subvencionadas. Los emperadores, por supuesto, gozaban de sus propios baños privados y de algunos de ellos se dice que se bañaban siete u ocho veces al día.
Terma de Caracalla
Avances tecnológicos Algunas de las termas fueron lo suficientemente grandes como para dar cabida a miles de personas. La de Diocleciano, por ejemplo, tenía capacidad para albergar a 6.000 bañistas. Esto sólo pudo ser posible gracias a importantes avances tecnológicos. Los problemas de ubicación se resolvieron mediante la mejora de los acueductos. Los ingenieros romanos mejoraron el sistema de calefacción griego llamado 'hipocausto', que consistía en canalizar aire caliente procedente de un horno, a través de tubos de barro cocido situados bajo las losas del suelo. Con este sistema se obtenían unas temperaturas tan altas, que los bañostas debían proteger las plantas de sus pies con un calzado especial.
Terma de Diocleciano
Utilización Los patricios se hacían acompañar por un esclavo y llevaban sus propios enseres para el baño: pinceles, frascos con aceites y utensilios para frotarse la espalda. Los más pobres sustituían los aceites por harina de lentejas y se frotaban la espalda unos a otros. La rutina comenzaba con una extenuante sesión de ejercicios en la palestra. Posteriormente, el bañista se introducía en el 'tepidarium' donde se relajaba mientras era ungido con aceites. A continuación se pasaba al 'caldarium' donde se tomaba un baño caliente, y finalmente al 'frigidarium' donde el baño era con agua fría. Después de finalizar la sesión, los bañistas se retiraban a las zonas exteriores donde hacían vida social. Las termas romanas fueron bautizadas por los primeros cristianos como 'catedrales de la carne'.

EL TIEMPO Y EL CALENDARIO ROMANO

La Vida de los romanos estaba regida por un calendario de origen etrusco o anterior.
El año constaba de 10 meses; cuatro de 31 días y seis de 30, en total 304 días. Los cuales eran divididos a su vez en décadas, es decir, 10 días (semanas de 10 días).  

                        El día estaba dividido en 24 horas, 12 diurnas y 12 nocturnas, guiadas por el sol. El tiempo era medido por relojes de sol, solarium. También se conocía el uso de las clepsydra, relojes de agua, parecidos a los de arena. Por la mañana estaba la prima, de 6 a.m a 7, la secunda de 7 a 8, la tertia de 8 a 9, la quarta de 9 a 10, la quinta de 10 a 11 y la sexta de 11 a 12. Por la tarde la septima de 12 a 1, la octava de 1 a 2, la nona de 2 a 3, la decima de 3 a 4, la undecima de 4 a 5, la duodecima de 5 a 6. Por la noche la prima vigilia de 6 a 9, la secunda vigilia de 9 a 12, la tertia vigilia de 12 a 3 y por último la quarta vigilia de 3 a 6 a.m.
Los días eran: Lunes del latín "lunae dies", día de la luna. Se atribuye a la luna una cierta influencia sobre los seres humanos. Martes del latín "martis dies", día de Marte. Marte era el dios de la guerra. Miércoles del latín "mercuri dies", día de Mercurio. Era el dios del comercio y el de los viajeros, por ese motivo sus templos se edificaban a la entrada de los pueblos. Jueves del latín "jovis dies", día de Júpiter. El dios del cielo, de la luz del día, del tiempo atmosférico. Viernes del latín "veneris dies", día de Venus. Antes de la fundación de Roma, Venus era venerada como la diosa protectora de los huertos, pero a partir del siglo II a.e.c. se la denominó diosa del amor. Sábado "saturnis dies" sustituido por los cristianos por el sabbatum, del hebreo "sabbath" que significa descanso. Para los hebreos y la gente que vive en Israel es el último día de la semana. Domingo "solis dies", sustituido por los cristianos posteriormente, del latín "dominicus dies", día del Señor.
El año comenzaba el 1 de marzo. Los meses eran:
Martius, dedicado a Marte; también era venerado como una divinidad de la vegetación, ya que en este mes empieza la primavera y con ella el florecer de las plantas. (31 días).
Aprilis, derivado de Aperire (Aperta), abrir, porque la tierra se abre este mes, “las flores”; también tiene que ver con una veneración a “Aper”, jabalí venerado por los romanos y la etimología de origen oriental “aparas” siguiente, o sea, siguiente al primer mes, ya que es el segundo  (30).
Maius consagrado a Maia, una de las siete hijas del personaje mitológico griego Atlas y Pleyone, también se identifica con una diosa unida a Vulcano. O con dos "maiorum”  ancianos, con lo cual este seria su mes  (31).
Junio dedicada a la diosa etrusca Iuno, muy venerada por las mujeres casadas y las jóvenes que se disponían a dar a luz (30).
El resto de meses adquiría su nombre según el orden numérico Quintilis (31), Sextilis (30), September (30), October (31), November (30) y December (30).
Posteriormente los Etruscos introdujeron los meses de Enero y Febrero. Numa Pompilo (716-673 a.e.c.) añadió los meses de Ianuarius, dedicado a Jano dios de las puertas, al comienzo del año; pero una vez que la dinastía fue expulsada en el siglo VI a.e.c. ,siguió siendo Marzo el primer mes del año hasta que a mediados del siglo II a.e.c. se retomo Enero. Y Februarius, dedicado a Plutón (Februus) dios del infierno, de los muertos; al final del año, se consagró como un rito de purificación, para que los difuntos no hicieran daño o no molestaran. Además redujo el número de días de los meses para sumar un total de 355 días, con lo que adaptaba el calendario al ciclo lunar. Los meses quedarían así:
Ianuarius (29 días), Februarius (28), Martius (31), Aprilis (29), Maius (31), Iunius (29), Quintilis (31), Sextilis (29), September (29), October (31), November (29) y December (29).
No existían meses con número de días par, porque los primeros romanos los consideraban de mala suerte, excepto el mes de febrero, y por esa misma razón el año tiene 355 días, en lugar de los 354 de ciclo lunar.
Cada dos años se añadía un mes de 22 ó 23 días (Mercedinus, o Mercedonius). Este mes se intercalaba entre el 23 y el 24 de febrero, y los cuatro días que quedaban de febrero se consideraban incluidos en Mercedinus. Así el año tenia un total de 366 días y cuarto. Para evitar este desfase en el año 450 a.e.c. se acordó que cada ocho años se intercalara tres veces el Mercedinus: la octoetérida. La octoetérida se fundamenta en los cálculos que realizó Cleostrato de Tenedos en el año 500 a.e.c. La intercalación, y el cómputo de los años, estaba en manos de los sacerdotes, quienes obraban, según sus intereses. Las reglas de cálculo del calendario fueron secretas hasta que Cneo Flavio las robó en el 304 a.e.c. El sistema era demasiado complicado y arbitrario.
En tiempos de Julio César había un desfase de tres meses entre el año civil y el astronómico, por lo que se hacía imprescindible una reforma. El desajuste era tan grande que el Emperador encargó al astrónomo griego Sosígenes que le asesorase sobre la reforma del calendario. Sosígenes aconsejó abandonar el calendario lunar para adoptar un calendario basado únicamente en el año solar. Cesar decretó a continuación que cada año tendría a partir de entonces 365 días, añadiéndose un día extra cada cuatro años (año que más tarde se vino a llamar bisiesto), en el mes de febrero. Para compensar el desfase acumulado, se decretó que el año 46 a.e.c. tendría 445 días. En honor del reformador, se cambió el nombre de un mes, que vino a llamarse julio. Este calendario se conoce como juliano desde entonces. Este calendario es usado hoy en día en algunas iglesias orientales. En Occidente se uso hasta 1582, año en que el Papa Gregorio XIII lo corrigió y es el que utilizamos en la actualidad.
En la época imperial, quintilis y sextilis fueron sustituidos por Julio y agosto en honor de Julio César y de Octavio Augusto.
La manera de contar los días resulta al menos curiosa. El mes lunar tenía tres fechas señaladas: las calendae (el primer día y es de donde proviene la palabra de calendario, se correspondía con la luna nueva), las nonae (el quinto día, se correspondía con el cuarto creciente) y los idus, la luna llena, el decimotercer día).
Los días se denominaban dependiendo de los días que faltasen hasta la próxima fecha señalada. Las calendas eran el primer día del mes, las nonas eran el día 5 (excepto en marzo, mayo, julio y octubre que eran el día 7), y los idus eran el día 13 (excepto en marzo, mayo, julio y octubre que eran el día 15). Esta división procede del ciclo lunar.
Teóricamente las calendas corresponden al novilunio, las nonas al cuarto creciente y los idus al plenilunio. El día anterior también se llamaba vísperas, y el anterior a las vísperas antevísperas. Se llamaba calendao, o avisos, el primer día porque en este día los pontífices, supuestamente utilizando una formula ancestral, avisaban desde el Capitolio si las nonae caerían al séptimo o el noveno día del mes y los idus el 13 ó 15 del mes. No existían semanas propiamente dichas, como hemos citado con anterioridad, aunque se celebraba un mercado cada ocho días, y los días entre mercados se designaban: A, B, C, D, E, F, G y H, que se sucedían correlativamente comenzando a contar con A desde el 1 de enero.
Los romanos contaban sus años, en los documentos oficiales, según quien gobernara, reyes cónsules o emperadores.
Fue Terencio Varrón quien estableció, definitivamente, que la fundación de Roma había tenido lugar en el año 753 a.e.c. No obstante hubo intentos anteriores como el de Fabio Pictor, que la estableció en el 747 a.e.c.; Polibio, 750 a.e.c.; Marco Porcio Catón, 751 a.e.c.; y Verrio Flaco, 752 a.e.c.; datos que se deben tener en cuenta a la hora de datar hechos. Tito Livio se adhiere a la fecha de Catón, aunque en ocasiones usa la de Fabio Pictor. Cicerón usa el cómputo de Varrón, que al final es el usado por Plinio, y el empleado por los historiadores modernos. Esta era comenzaba el 21 de abril, aunque normalmente se reduce al 1 de enero.
Los días festivos del calendario romano eran marcador por el Pontifex Maximus, quien decidía cuando se podían realizar actividades públicas y privadas.
En resumen; el calendario desde la época imperial hasta el año 1582 con la reforma del papa Gregorio XIII, era:
Ianuarius (30 días), Februarius (28), Martius (31), Aprilis (31), Maius (31), Iunius (30), Iulius (31), Augustus (31), September (30), October (31), November (30) y December (31).
Cada 4 años se añade un día extra al mes de Febrero para corregir el desfase con el calendario Astronómico; llamado año bisiesto.
Este es el llamado calendario Juliano.
Nivel de estudios
Edad de los alumnos
Nombre del profesor
Planes de estudio
 
Locales
Metodología
Elemental (primario)
 7-11
(En el Imperio, para pobres había escuelas gratuitas)
 
 
Ludi magister o Litterator
Lectura, escritura, cuentas y memoriza-ciones sencillas. Ley de las Doce Tablas.
Objetivo: cultura básica y actitud cívica.
Pergulae =  azoteas o tabernae =  tiendas
 
Memorización, castigos corporales: se usa la férula
Medio (secundario)
 12-16
(ricos o privilegiados)
 
 
 
Grammaticus
Explicaciones de poetas griegos y romanos.
Se persigue el perfecto dominio de la lengua
Tabernae a lo largo del foro, abiertas al público
Comentario de texto total: gramática, métrica
historia
mitología,geo-grafía.
Memorización
Superior (uni-versitario)
 17-20
(alumnos que aspiran al cursus honorum -carrera política-).
 
 
 

Rhetor

Oratoria: reglas, fórmulas, dicursos, declamaciones.
Objetivo: formar para la elocuencia
Pórticos del foro. Desde el Imperio el Estado facilita hermosas aulas.
 
Ejercicios prácticos: suasoriae
controversiae
 La lectoescritura es un proceso y una estrategia. Como proceso lo utilizamos para acercarnos a la comprensión del texto. Como estrategia de enseñanza-aprendizaje, enfocamos la interrelación intrínseca de la lectura y la escritura, y la utilizamos como un sistema de comunicación y metacognición integrado.

Se llama desarrollo del lenguaje (o adquisición de la lengua materna) al proceso cognitivo por el cual los seres humanos adquieren la capacidad de comunicarse verbalmente usando una lengua natural.
se produce en un período crítico, que se extiende desde los primeros meses de vida hasta el inicio de la adolescencia. En la mayoría de seres humanos el proceso se da principalmente durante los primeros cinco años, especialmente en lo que se refiere a la adquisición de las formas lingüísticas y de los contenidos. Durante estos primeros años tiene lugar a mayor velocidad de aprendizaje y se adquieren los elementos básicos y sus significados, y hasta la preadolescencia se consolida el uso, la inferencia pragmática y la capacidad para entender enunciados no-literales (irónicos, sarcásticos, etc.). Los primeros años, constituyen el período fundamental aunque el desarrollo del lenguaje se prolonga mucho más allá de los primeros años.

Muchas  investigaciones siguen realizándose sobre el estudio de las lenguas. En las que se hacen  en el ámbito de las lenguas extranjeras en particular, cabe siempre reconocer las diferencias entre individuos, la manera cómo aprender y los entornos en que se encuentran. El autor de esta reflexión se sirve de estas realidades para recordar el indispensable papel de los docentes, así como el que desempeñan los factores biológicos de los aprendientes en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
La caligrafía (del griego καλλιγραφία) es el arte de escribir con letra artística y correctamente formada,
siguiendo diferentes estilos; pero también puede entenderse como el conjunto de rasgos que caracterizan la escritura de una persona o de un documento.

miércoles, 24 de abril de 2013

LA EDUCACIÓN (La Antigua Romana)


  Infantes

La lactancia y los primeros cuidados, eran consagrados a una ama de crianza, ama de leche o nodriza es una mujer que amamanta a un lactante que no es su hijo, considerada por el niño como una segunda madre. Los primeros juguetes eran los sonajeros (crepitacula).(nutritor o tropheus), responsable de enseñarle a leer y de su educación hasta la pubertad, que con sus propios padres debían dirigirse llamándole domine (señor).

La escuela

La escuela estaba regida por el calendario religioso, las clases se daban por las mañanas y era mixta hasta los doce años. Un grammaticus era el responsable de enseñarle a los niños los autores clásicos y la mitología, mientras que a las niñas, consideradas adultas a los catorce años (domina, kyria), podían tener un que le enseñara los clásicos. La educación tenía lugar en el gymnasium o en la palaestra. En oriente, las principales materias eran Griego, Homero, Retórica, Filosofía, Música y Deporte. En cambio, en la mitad occidental, se enseñaba además latín, en detrimento de la música y el deporte. A los dieciséis o diecisiete años, había una bifurcación en el camino de los jóvenes, que tenían que decidirse por el ejército, o los estudios (cursus honorum).

La edad

La mayoría de edad se conseguía al vestir la toga viril, decisión que dependía del tutor o del padre. Que el hijo formara una familia (paterfamiias)era sólo posible tras la muerte de su padre, siendo condenados a muerte por el padre si incumplían esta norma. Entre tanto, sus hijos recibían un pequeño salario (peculium)y debían responder a su autoridad (patria potestas)'

[editar] La escritura

Escribían generalmente sobre papiro o pergamino, aunque también utilizaban en menor medida tablillas de marfil o de cera. Tenían útiles de escritura como el punzón y el tintero.Los padres fueron los que educaron a los hijos en la Roma de los primeros tiempos. Las costumbres, las creencias y las leyendas iban pasando así familiarmente de unas generaciones a otras. Generalmente, era la madre (si sabía) la que enseñaba a leer, escribir y hacer cuentas. El padre procuraba irle enseñando las leyes y costumbres de todo buen ciudadano romano.

Expansión

Con la expansión de Roma, sobre todo al conquistar Grecia, se hizo necesario abrir nuevos caminos en el mundo de la educación. Así, las familias que tenían medios pudieron disponer del siguiente plan de estudios para sus hijos:
De pequeños podían tener un maestro en casa (magister), que generalmente era un esclavo o liberto griego o bien ir a una escuela llevados por un esclavo (pædagogus) que después también les repasaba las lecciones en casa. En la primera etapa educativa, el niño aprendía con un maestro (magister ludi, litterator y calculator) a leer, escribir y hacer cuentas. La disciplina era severa, pero los niños jugaban con letras de madera o marfil y con ellas aprendían a leer y a escribir. Por eso a esta escuela le llaman «juego» (ludus) y el maestro era magister ludi. La escuela se situaba en un pequeño cuarto (taberna, pergula), en una cabaña o en el jardín (según el tiempo y las posibilidades). El maestro tenía una silla (cathedra) o un taburete (sella). Los niños se sentaban en escaños (subsellia). Los instrumentos de trabajo eran unas tablas enceradas (tabulæ, ceræ) en las que rascaban con punzones (stilus) que por un lado eran puntiagudos y por otro acababan en una espátula con la que se alisaba la cera y así quedaba lista para volver a escribir en ella (stilum vertere).
La segunda etapa podía ser privada o pública. El profesor era el grammaticus que enseñaba a entender y comentar los textos literarios. Comentando los textos clásicos, los niños aprendían de todo: geografía, historia, física, religión, etc. Con el tiempo, la grammatica empezaría a ser también estudio sobre la lengua que hablaban y esta innovación acabaría eliminando el primitivo concepto de grammatica. La tercer etapa preparaba en la elocuencia al futuro político romano. El profesor era el rhetor (maestro de oratoria). Quintiliano, por ejemplo, escribió muchas notas pedagógicas de cómo formar al orador. Entre los ejercicios frecuentes estaba la realización de juicios ficticios en los que unos alumnos acusaban y otros defendían.

LA FAMILIA ROMANA


 1.- Características de la familia romana

Hemos heredado de los romanos muchos aspectos relativos al ámbito familiar (costumbres, marco jurídico, términos lingüísticos,...), pero si queremos caracterizar a la familia romana no debemos fijarnos en las semejanzas con una familia actual, sino en las diferencias que existen entre ambas. Son precisamente las diferencias las que dan identidad propia, las que singularizan y definen. Por esta razón nos vamos a centrar en el estudio de dos ámbitos en los que la familia romana se aleja sensiblemente de una familia actual, a saber, la composición de la unidad familiar y el poder del cabeza de familia.
Por lo que respecta a la composición, en Roma integraban una familia no sólo las personas ligadas por vínculos de sangre, i.e., cónyuges e hijos, sino también todos aquellos que mantenían una relación de dependencia con el "pater familias" (esclavos, libertos y clientes). Una familia romana, por tanto, era mucho más amplia que una familia actual y podía estar formada por cientos de personas.
En cuanto al cabeza de familia, en Roma este papel correspondía indefectiblemente al padre o “pater familias”. Un "pater familias" romano tenía un poder enorme, la llamada “patria potestas” o “manus”, y en uso de él podía incluso matar a cualquier miembro de su familia (esclavos, desde luego, pero también hijos e incluso esposa en algunos casos). Actualmente las cosas han cambiado un poco: la antigua "patria potestas" la comparten padre y madre, se ejerce sobre los hijos hasta la mayoría de edad y no conlleva una autoridad tal que permita causar daño, y mucho menos matar. De todos modos nuestra lengua, más conservadora que nuestras costumbres, sigue evocando a la familia romana en palabras y expresiones referidas al poder/autoridad del cabeza de familia (patria potestad, emancipación, pedir la mano, etc).
Atendiendo a su amplitud y al poder del “pater familias” un historiador norteamericano ha comparado la familia romana con una familia mafiosa.

2.- Esclavos
Los esclavos eran personas privadas de libertad, explotadas como fuerza de trabajo, a las que se podía comprar y vender como vulgares mercancías.

a) Vías para la esclavitud
En Roma la condición de esclavo podía adquirirse por varias vías:
  • Por nacimiento. Todo hijo de una esclava se convertía automáticamente en esclavo del dueño de su madre. Los esclavos de este tipo, nacidos en el seno familiar, eran particularmente apreciados por su fidelidad y recibían el nombre de "vernae".
  •  Por derecho de conquista. Los romanos subastaban ("sub hasta") como esclavo a todo enemigo capturado en el curso de una guerra. Esta costumbre pervivió hasta la Edad Moderna (en el 995 Otón el Grande, rey de Germania, derrotó a los húngaros, pueblo eslavo, y vendió como esclavos a los prisioneros; su número era tal que desde entonces el genticilio "eslavo/esclavo" -slave- se convirtió en sinómino de siervo).
  • Por insolvencia. Un deudor insolvente podía ser reducido a esclavitud por sus acreedores. El dinero obtenido de la venta era destinado a cubrir la deuda contraída. A finales de la República este derecho, dado lo impopular que era, no se ejercía.
  • Por exposición o venta. Era habitual en Roma abandonar a los hijos recién nacidos si no eran acogidos en el seno familiar. Los bebés expuestos podían ser recogidos por cualquiera para criarlos y venderlos como esclavos.

b) Mercados
Los esclavos eran comprados y vendidos por los "mangones", mercaderes especializados, en mercados específicos. En estos mercados los esclavos, desnudos y con un cartel colgado del cuello que indicaba sus habilidades ("titulus"), eran expuestos sobre una plataforma que facilitaba su examen por los posibles compradores. Aquellos esclavos que no habían tenido antes amo llevaban uno o ambos pies blanqueados con yeso.
Mercado de esclavos

c) Tipos y función de los esclavos
Los esclavos domésticos vivían en la casa familiar y estaban destinados al servicio de los otros miembros de la familia (pedagogo, peluquero, cocinero,...). Su situación era privilegiada si se les compara con los esclavos empleados en negocios familiares (artesanía, minería, agricultura). Muchos esclavos de este último tipo ni siquiera conocían a su dueño: un capataz se encargaba de controlarlos.
d) Trato y consideración
Para los romanos los esclavos eran personas incompletas sin madurez afectiva, ni intelectual. De hecho el nombre genérico que se les daba era el de "puer" (curiosamente la sociedad esclavista de Norteamérica coincide en esta consideración pues llamaba "boys" a los esclavos). Clarificador a estos efectos es un poema de Horacio en que habla de un paseo que había dado por el campo. A pesar de que lo acompaña un esclavo, el poeta asegura que no hay nada tan grato como pasear a solas. Evidentemente para Horacio un esclavo no era compañía, o no lo era más de lo que podía serlo un perro.
El "pater familias" podía castigar incluso con la muerte la torpeza de un esclavo. De todos modos esta medida era poco práctica -suponía una pérdida económica- y cada vez estaba peor vista socialmente.
A pesar del razonable trato que recibían, algunos esclavos, incapaces de adaptarse a la condición servil, terminaban huyendo o al menos lo intentaban. Si eran atrapados, el dueño, a manera de castigo y advertencia para próximos compradores, grababa a fuego en su frente las letras "FUG" de "Fugitivus".
Algunos esclavos, en su empeño por ser libres, llegaron a organizarse y a enfrentarse al ejército romano en las llamadas guerras serviles. La más famosa de todas ellas fue encabezada por Espartaco en el siglo I a.C.

3.- Libertos
PíleoLos libertos eran esclavos manumitidos, liberados por su amo (de ahí el nombre). Era frecuente que el "pater familias" manumitiera, concediera la libertad, a los esclavos más fieles y laboriosos, sobre todo en su testamento.
Los esclavos que pasaban a ser libertos celebraban y anunciaban a todos su nueva condición colocándose durante un tiempo un gorro frigio, el píleo, que luego adoptaron los revolucionarios franceses para simbolizar la adquisición de la libertad. 
Jurídicamente los libertos, a pesar de ser libres, eran ciudadanos incompletos ya que tenían derechos civiles (casarse con una romana, ...), pero no políticos. Sus hijos, en cambio, ya gozaban de la plena ciudadanía.
Todo liberto seguía ligado como cliente a la familia de su antiguo amo.

4.- Clientes
Los clientes eran ciudadanos libres que habían establecido una  relación de apoyo y socorro mutuo con otros "pater familias" mejor situados social y/o económicamente que ellos. Estos "pater familias" recibían el nombre de patronos.
El cliente debía prestar los siguientes servicios al patrono:
  • Apoyo electoral e incluso militar.
  • Presentarle sus respetos todas las mañanas ("salutatio")
A cambio podía contar con la ayuda del patrono en los pleitos y en las dificultades económicas. De hecho los que carecían de medios recibían en la "salutatio" una cestita, la "sportula", con alimentos para el día.
El vínculo patrono-cliente no es exclusivo de Roma. En la Hispania prerromana existía algo parecido, la "devotio", en virtud de la cual una persona se comprometía a defender con su propia vida a otra de mayor prestigio. Si ésta moría violentamente, la otra debía morir también.

5.- Los hijos
Los hijos, por oposición a los esclavos, son llamados a veces "liberi/-orum", término que procede del adjetivo "liber/-era/-erum: libre". A pesar del nombre, la situación jurídica de los hijos difiere poco de la de los esclavos ya que la "patria potestas" daba al "pater familias" un enorme poder sobre ellos.
Este poder se sustanciaba en los siguientes derechos:
  • “Ius exponendi”, derecho a aceptar o no dentro de la familia al recién nacido. Cuando un niño nacía era depositado por la comadrona en el suelo. Si el padre aceptaba al hijo, lo recogía u ordenaba que fuera amamantado;  en caso contrario era abandonado en un vertedero o junto a la columna Lactaria.
  • Las causas que llevaban a un padre a rechazar a un hijo eran muchas (defectos físicos, dudas acerca de la paternidad, ...). Eso sí, era más fácil que fuera expuesta una niña que un niño.
    La exposición de un hijo no deseado era una práctica tan habitual en Roma que ni las leyes consiguieron frenarla (desde Rómulo existía una ley de dudosa eficacia que penaba con la confiscación de la mitad del patrimonio el abandono de un varón o de una hembra, si ésta era la primera hija).
  • "Ius vitae necisque", derecho a ordenar la muerte de cualquiera de los hijos. Se trata de una medida extrema que el "pater familias" tomaba generalmente tras consultar a un consejo de familiares y para castigar una falta gravísima (comisión de delito contra el Estado en caso del varón, relaciones ilícitas en caso de la hija).
  • " Ius vendendi", derecho a vender a los hijos como esclavos. Si el niño vendido era manumitido por su amo, volvía a estar sometido a la "patria potestas". El hijo sólo conseguía ser "suo iure" si era vendido tres veces por el padre y manumitido otras tres por el amo. En el caso de las hijas con una bastaba.
La existencia de estos derechos no implicaba que fueran ejercidos indiscriminada o caprichosamente ni que la situación fuera la misma en todo momento:
  • Los dos últimos derechos no se ejercían ya a finales de la República. Por eso despertó tanta indignación la actuación de Catilina, noble romano que en el siglo I a.C. mató a su hijo de 12 años, fruto de un matrimonio anterior, sin otro motivo que propiciar un futuro matrimonio.
  • En época imperial por influencia del cristianismo todos estos derechos terminaron desapareciendo.

6.- La esposa
La situación de la esposa estaba condicionada por el tipo de matrimonio que la uniera a su marido. Existían dos clases:
* El más antiguo era el matrimonio "cum manu". En virtud de este matrimonio el padre renunciaba a la patria potestad sobre su hija para asumirla el esposo. La mujer estaba sometida a la autoridad de su marido "filiae  loco", i.e., a manera de una hija, por lo que su esposo podía castigarla incluso con la muerte en caso de faltas graves (infidelidad, ...).
* El matrimonio "cum manu" fue sustituido a partir del siglo II a.C. por el matrimonio "sine manu", en que el padre, a pesar del matrimonio, conservaba la "patria potestas" sobre la hija. Esta circunstancia daba cierta independencia a la mujer, y más cuando la dote que aportaba al matrimonio era cuantiosa, ya que el marido hacía lo posible para no contrariarla y no perderla con un divorcio.
El matrimonio "sine manu", del que poseemos más datos, se podía disolver por iniciativa de cualquiera de los cónyuges (la esposa debía consultar con sus padres). El trámite era muy simple y rápido. Consistía en enviar a la pareja una nota con este mensaje: "Tuas res tibi habeto".
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LA ARQUITECTURA RELIGIOSA:

Los griegos fueron quienes desarrollaron en mayor medida la función ornamental de la columna, elemento arquitectónico ya existente con anterioridad. Fueron ellos quienes fijaron unas normas o cánones de composición arquitectónica en tres estilos (u órdenes clásicos): dórico, jónico y corintio, aunque los dos primeros son los principales. Durante el período helenístico apareció el capitel compuesto. Posteriormente, los romanos asumieron esta tipología, aunque introdujeron algunas variantes.
La columna consta de basa, fuste y capitel. Sobre las columnas se asienta el entablamento, que consta de arquitrabe, friso y cornisa. Sobre las fachadas principales, formados por el tejado a dos aguas, están los frontones. Estos estilos se conocen sobre todo por los diferentes capiteles de las columnas, pero hay diferencias en la mayor parte de los elementos de diseño y decoración entre los órdenes, como la proporción alto/diámetro de la columna y las formas del entablamento.
Los propios griegos usaron los nombres de dórico y jónico, lo que reflejaba su creencia de que los estilos descendían de los griegos dorios y jónicos de la Edad Oscura, pero es improbable que esto sea cierto.


VENUS

Venus era una importante diosa romana relacionada principalmente con el amor, la belleza y la fertilidad, que desempeñaba un papel crucial en muchas fiestas y mitos religiosos romanos. Desde el siglo III a. C., la creciente helenización de las clases altas romanas la identificó como equivalente de la diosa griega Afrodita. De esta forma Venus fue la esposa de Vulcano. Virgilio, como halago a su patrón Augusto y al gens Julia hizo a Venus, a quien Julio César adoptó como su protectora, ancestro del pueblo romano a través de su legendario fundador Eneas y su hijo Iulus

En la mitología

Venus solía asociarse con la diosa griega Afrodita y la etrusca Turan, tomando aspectos prestados de ambas. Como con la mayoría de las demás deidades del panteón romano, el concepto literario de Venus está cubierto por las ropas tomadas de los mitos griegos literarios de su equivalente, Afrodita. La anterior diosa etrusca o latina de la vegetación y los jardines pasó a ser relacionada deliberadamente con la griega Afrodita.[1] Sin embargo, según La Eneida de Virgilio, como equivalente romano de Afrodita, Venus no llegó a tener una personalidad tan marcada en su sensualidad o crueldad como la griega,[2] aunque conservara sus atributos y símbolos, como la manzana dorada de la discordia. En algunos mitos latinos Cupido era hijo de Venus y Marte, el dios de la guerra.






martes, 26 de febrero de 2013

EL EJÉRCITO ROMANO




1. INTRODUCCIÓN. El ejército es el instrumento del que Roma se valió para conquistar primero y mantener después un imperio que abarcaba toda la cuenca del Mediterráneo. No siempre estuvo al mismo nivel ni dominó en todo momento la técnica guerrera, prueba de ello es las diferentes derrotas que sufrió a lo largo de su historia. Sin embargo, tuvo la gran virtud de no considerar nunca la derrota en una batalla como la derrota total de la guerra y, además, supo aprovechar la experiencia para mejorar las técnicas y conseguir ser el poderoso ejército que mantendría unido durante varios siglos el Imperio. De todo esto se desprende que es difícil hablar de manera uniforme del ejército romano. Se podría hablar de tres ejércitos: el de la Monarquía, el de la República y el del Imperio. 2. ORIGEN. En los primeros tiempos de Roma el ejército en su conjunto recibe el nombre de legio, del verbo legere (recoger > tropas reclutadas). En el primitivo ejército hay un cuerpo de caballería, pero el peso principal recae sobre la infantería. 3. EL EJÉRCITO DURANTE LA MONARQUÍA. · Primera época. El reclutamiento de los soldados se hacía teniendo en cuenta la división del pueblo romano en 30 curias y 3 tribus. Cada curia aportaba 100 soldados de infantería (centuria) y 10 soldados de caballería (decuria). El ejército estuvo compuesto, pues, de 3000 infantes (pedites) y 300 jinetes (equites). El armamento lo aportaba el soldado, no la ciudad, de ahí que los infantes se diferenciaran según su fortuna: los mejor equipados serían los ricos. Cada año se procedía al licenciamiento y a la movilización ya que el ejército no fue permanente, pues las guerras comenzaban en primavera y acababan normalmente en otoño; terminada la campaña volvían a sus actividades cotidianas. · Reforma de Servio Tulio. Servio Tulio reorganizó el ejército tomando como base el patrimonio económico de cada ciudadano, según una división de los ciudadanos en 5 clases. Su reforma consistió en dar entrada en el ejército a todos los propietarios, ya fuesen patricios o plebeyos; solamente quedaban excluidos los que no podían costearse el equipo militar. Para facilitar el reclutamiento dividió la ciudad en cuatro tribus y los hombres en dos categorías: iuniores (de 15 a 45 años) empleados en el servicio activo y seniores (de 45 a 60 años) quienes formaban el ejército de reserva. La legión fue la unidad táctica militar y dentro de ella se distinguían: la infantería pesada, la infantería ligera y la caballería. La legión se dividía en centurias. Estuvo compuesta de 4200 soldados de infantería (al añadir a los 3000 de la época anterior 1200 soldados armados con palos y hondas, los velites) y 300 de caballería. Servio Tulio agregó además 2 centurias de obreros (fabri) con la misión de transportar las máquinas de guerra y 3 centurias de corneteros y trompeteros (cornicines, tubicines). 4. EL EJÉRCITO DURANTE LA REPÚBLICA. · Introducción del manípulo. La legión continuó estando formada por 4200 soldados de infantería, distribuidos en 60 centurias (de 60 o 30 hombres cada una, a los que se añadían los velites) que agrupadas de dos en dos formaban el manípulo, que pasó a ser la unidad táctica (hacia el siglo IV a.C.). Los manípulos se colocaban en tres líneas. En la primera estaban los más jóvenes, los hastati; la segunda estaba compuesta por principes, soldados de más experiencia; en la tercera estaban los triarii, soldados de más edad. 1ª LÍNEA HASTATI 10 manípulos x 120 1200 soldados 2ª LÍNEA PRINCIPES 10 manípulos x 120 1200 soldados 3ª LÍNEA TRIARII 10 manípulos x 60 600 soldados VELITES 20 soldados x centuria 1200 soldados Las dos primeras líneas iban armadas con el pilum o lanza arrojadiza; los triarii con el hasta, lanza grande no arrojadiza. Asimismo las tres líneas iban armadas con el gladius, espada corta con doble filo y punta, y como armas defensivas llevaban el escudo y el casco. Los velites iban armados con palos y hondas. Además formaban parte de cada legión las siguientes tropas: a) Un cuerpo de caballería legionaria, dividido en 10 escuadrones (turmae) de 3 decurias cada uno, totalizando 300 jinetes o equites. b) Los socii, tropas proporcionadas por los pueblos itálicos aliados o sometidos. Su infantería en número igual al de la infantería legionaria no forma parte de la legión y se encuadra en alae y se agrupa en cohortes. c) Los auxilia, son tropas no itálicas que apoyan a la legión y suplen el defecto de ésta en armas especiales, de las más conocidas son la caballería númida, los honderos baleares y los arqueros cretenses. Mantienen la estructura propia del país de origen y se agrupan en cohortes. Son, en su mayoría, tropas de carácter mercenario, bien por alistamiento individual o por medio de un príncipe o jefe de los lugares de origen. · La reforma de Mario. Mario, general romano (133 a.C.) , introdujo las siguientes reformas en el ejército: a) Sustitución del manípulo, como unidad táctica fundamental, por la cohorte (cohors), formada por tres manípulos: uno de hastati, otro de principes y un tercero de triarii, dispuestos uno al lado del otro. La triple línea (triplex acies), compuesta antes por manípulos, desde Mario estuvo constituida por cohortes, formando un frente de 3 líneas: 4 cohortes en la primera, 3 en la segunda y 3 en la tercera. Para entrar en combate, las cohortes se colocaban separadas entre sí, de manera que, si las cohortes de la primera fila flaqueaban, podían retirarse a retaguardia por los huecos que dejaban los de la segunda y tercera línea. b) Modificación del sistema de reclutamiento: sustituyó el antiguo alistamiento de ciudadanos por el reclutamiento voluntario. De esta manera pudo reclutar a toda clase de personas, incluidos los proletarios (los más pobres), y formó un ejército profesional y mercenario (cobraban un sueldo) frente a los soldados-ciudadanos de antes. c) Desaparición de los socii como fuerzas distintas para pasar a integrarse en las legiones. d) Desaparición de los velites y de la caballería legionaria, que son sustituidos por auxilia. e) Adopción de enseñas y numeración para las legiones, que les dan una identidad y una continuidad. Instituyó la insignia legionaria: un águila de plata. f) Reforma en el armamento y equipo del soldado. Generalizó el pilum, scutum y galea. Como consecuencia de la reforma de Mario el ejército llegará a convertirse en una gran fuerza a disposición de generales ambiciosos. La estructura de la legión quedó constituida así: CENTURIA 100 soldados MANIPULO 200 soldados 2 centurias COHORTE 600 soldados 3 manípulos LEGIÓN 6000 soldados 10 cohortes · Las guerras civiles. En este período aparte de las legiones propiamente dichas y de la caballería y los auxilia se conocen otras fuerzas especiales: a) Los antesignani: iban delante de las enseñas. Era un cuerpo especial de infantería ligera, aunque con un armamento más completo que el de los velites. b) Las cohortes praetoriae: eran fuerzas especiales al mando directo de algunos jefes. c) Los speculatores: eran exploradores encuadrados en cohortes, de forma parecida a los auxilia. 5. EL EJÉRCITO DURANTE EL IMPERIO. · Alto Imperio. Bajo el Principado el ejército queda dividido en dos: 1. El séquito del emperador: tiene sus cuarteles en Roma y además de proteger al emperador protege a la ciudad. Estaba formado por: ¨ Las cohortes pretorianas: eran una especie de guardia personal y constituían la principal defensa de la ciudad. Augusto creó 9. Tenían 1000 hombres y estaban divididas en 3 manípulos y éstos a su vez en 2 centurias. Tenían un acompañamiento permanente de caballería, que se agrupaba en turmas. ¨ Las cohortes urbanas: encargadas de los servicios públicos. No salen nunca a campaña. Al principio eran tres. ¨ Las cohortes de vigiles: eran las de menos prestigio, se ocupaban de la vigilancia nocturna y de la extinción de incendios. Estaban integradas por esclavos libertados, que después de unos años de servicio adquirían la ciudadanía. Eran 7 cohortes. 2. El de campaña: dividido en legiones y auxilia. La legión estaría formada por diez cohortes, de las cuales la primera tendría 1.105 infantes y 132 jinetes. Las restantes cohortes, divididas en 5 centurias cada una, tendrían 555 infantes más 66 jinetes. Acompañaba a esta legión la artillería, formada por un carroballista por centuria, del que se hacía cargo un contubernium, que era una escuadra de 10 hombres; además cada cohorte llevaba un onager. A partir de Augusto las legiones llevan, además de la numeración, un nombre que hace alusión a diversas circunstancias, como el emperador que la creó (Augusta), el ser doble o resultado de la fusión de dos (Legio VII Gemina), etc. Los auxilia continúan divididos en cohortes, de las que unas son miliariae y otras quingenariae. También hay unidades mixtas de caballería e infantería, las equitatae. Y, finalmente, están las llamadas cohortes voluntariorum, integradas por esclavos cedidos al emperador y luego liberados o bien por ciudadanos. En el Imperio se crean, además, los numeri, que son tropas auxiliares procedentes de los lugares menos romanizados. · Bajo Imperio. Constantino introduce profundas reformas, divide el ejército en: 1. Ejército de cobertura: sigue la organización de la época anterior, pero se hace estático. 2. Ejército de campaña: queda vinculado al emperador y a los jefes militares; está formado por los palatini, especie de guardia personal del emperador, aunque su escolta propiamente dicha son los domestici y scholae. Las legiones se convierten en batallones de infantería, con un efectivo de unos 1000 hombres. La caballería adquiere mayor importancia y se independiza de la legión. Las diferencias entre legiones y auxilia se suprimen, como resultado de la extensión de la ciudadanía y de la barbarización del ejército. Los numeri adquieren gran importancia y se convierten en unidades escogidas. 6. EL COMBATE. El éxito en las guerras de la antigüedad dependía, fundamentalmente, del orden presentado en el campo de batalla. Roma conoció varias disposiciones, que empleó en distintos momentos, según con el enemigo al que se enfrentaba y los territorios en los que debía librarse el combate. · Formación en falange. Se cree que la formación esencial antes de la formación por manípulos fue la formación en falange: era de orden cerrado, con frente muy amplio y poco fondo. La falange estaba dividida en seis filas con un frente de 500 pedites; al final o a los lados de la formación en falange se colocaban los 1200 velites. La caballería -equitatus- también prestaba su apoyo; al salir a campaña cada legión disponía de 300 equites. Los defectos que presentaba esta formación eran la facilidad de desorden y la poca capacidad de maniobra en terrenos accidentados. · Formación en manípulos. Cada una de las legiones en orden de batalla -acies- se presentaba en tres líneas, articuladas en manípulos. Los hastati se colocaban en primera línea. Cada manípulo formaba un rectángulo de 120 soldados (con un frente de 20 y un fondo de 6) y se escalonaba de tal modo que, entre dos manípulos consecutivos, se dejaba un intervalo que estaba cubierto en segunda línea por un manípulo de principes. Los manípulos de triarii (frente de 20 soldados y fondo de tres) formaban la tercera línea y cubrían los intervalos que dejaban los manípulos de los principes. Resultaba así una formación en tresbolillo o quincunce. Esta táctica tenía grandes ventajas: los hastati avanzaban los primeros lanzaban sus dardos -pila- sobre el enemigo y empezaban a luchar cuerpo a cuerpo. si tenían que ceder ante el enemigo, se retiraban detrás de los principes, y si el enemigo derrotaba también a los principes, intervenían entonces los triarii. De este hecho deriva la expresión “res ad triarios venit”, usada para denotar que la situación había llegado a ser crítica. La disposición del ejército en el combate también se hizo más racional: los velites protegían desde el comienzo del combate las alas -cornua- y se adelantaban para soliviantar e inquietar al enemigo; los aliados -socii- se colocaban a ambos lados de las legiones y la caballería -equitatus- actuaba en las dos alas -cornua-. La táctica manipular estuvo en vigor hasta Mario; todavía Metelo, su antecesor inmediato, venció con ella en la batalla de Mutul (año 108) durante la guerra con Yugurta. La principal ventaja de esta formación es su adaptabilidad al terreno y la capacidad de maniobra, gracias a estar formada por unidades pequeñas. Su principal defecto es la excesiva división de la legión ante enemigos como los teutones y los cimbros. · Formación triple en línea de combate. La triple línea de combate -triplex acies-, compuesta antes por manípulos, desde Mario estuvo formada por cohortes formando un frente de tres líneas: cuatro cohortes en la primera, tres en la segunda y las tres restantes en la tercera. Las tropas auxiliares y la caballería se colocaban en las alas. Para entrar en combate, las cohortes se colocaban separadas entre sí, de manera que, si las cohortes de la primera línea flaqueaban, podían retirarse a retaguardia por los huecos que dejaban los de la segunda y tercera línea. Unidas las cuatro legiones de que se componía normalmente el ejército, la acies prima quedaba compuesta de dieciséis cohortes, la acies secunda de doce y de otras doce la acies tertia. · Formación en cuña. La táctica del ejército apenas varió durante toda la época imperial. Solamente en algunas ocasiones, para luchar contra los bárbaros, se recurrió de nuevo a la falange. Sin embargo, a partir de las reformas de Diocleciano y Constantino, se adoptó generalmente una formación germana: el cuneus, formación de cuña truncada en forma de trapecio con el menor de los lados paralelos frente al enemigo. 7. POLIORCÉTICA. Bajo este nombre se engloban todas las operaciones relacionadas con el ataque y defensa de las plazas fuertes. En orden a la poliorcética, a la artillería y a la guerra de posición, los romanos son tributarios y discípulos de los griegos. El asedio o acción llevada a cabo para apoderarse de cualquier recinto fortificado -ciudad, campamento, etc.- pudo adoptar dos formas: · Bloqueo: obsessio, obsidio. El bloqueo no excluye, naturalmente, el uso de las armas, pero en él predomina la técnica del cerco y las medidas de incomunicación. Entre los romanos este procedimiento se empleó con frecuencia y con éxito. Se hacía para impedir el abastecimiento de agua y alimentos a la ciudad y, así, conseguir su rendición. Los más conocidos son los de Alesia y Numancia. El bloqueo cuenta , como factor esencial, con el tiempo. Por ello no se aplica sino cuando la expugnación no es urgente o cuando el asalto no es posible. Tampoco es posible en todos los terrenos: a veces es imposible el cerco completo, por tener la plaza salidas naturales que no se pueden cerrar. Su medio principal es la circunvalación, sencilla o doble, con obras de fortificación (fosos, parapetos o empalizadas, reductos o castella, unidos entre sí por brachia o munitiones). El ejército sitiador se establece en campamentos que procuran dominar los accesos principales. En los castella se sitúan destacamentos. A veces se dispone una circunvalación dirigida hacia el exterior (contravallatio), para hacer frente a la eventual llegada de un ejército de socorro. · El ataque o asalto. Existen dos tipos : el ataque rápido y el ataque prolongado. ¨ El asalto sin preparación o previo asedio (oppugnatio repentina) es una operación excepcional. ¨ El método de acción más usado contra una plaza fuerte es el asedio (oppugnatio longinqua), que se da ampliamente en todas las épocas. El material de asedio del que dispusieron los soldados romanos fue bastante variado. Abatían las puertas o trataban de abrir una brecha en la murallas por medio del ariete -aries-, un largo y pesado tronco rematado con un hierro en forma de cabeza de carnero (de ahí su nombre). Asimismo abrían brechas en las murallas con hoces -falces murales-, una especie de ganchos enmangados en fuertes pértigas, y socavaban los cimientos de las murallas enemigas por medio de galerías subterráneas -cuniculi-. Otro medio empleado consistió en la construcción de un terraplén -agger- al que solían dar la misma altura del muro con el objeto de batir al enemigo con mayor facilidad. En cada extremo del terraplén levantaban un andamiaje de asalto -turris mobilis- montado sobre ruedas. Estos torreones de asalto solían tener tres pisos: en el bajo se colocaban lo soldados que manejaban el ariete; en el segundo había un puente levadizo para apoyarlo sobre las murallas de la ciudad asaltada; y en el tercero iban soldados con armamento ligero y armas arrojadizas para obligar al enemigo a desalojar los muros. Los asediados, por su parte, procuraban por todos los medios neutralizar los trabajos de los sitiadores. Las medidas de defensa contra el asedio son de varia índole: a) Medidas encaminadas a impedir o entorpecer el aprovechamiento y utilización, por el sitiador, del terreno circundante (devastación, inundación, tala de bosques). b) Medidas que tienden a reforzar los medios defensivos de la plaza misma (acopio de provisiones, refuerzo de las murallas y de las puertas, mayor elevación de aquéllas, construcción de torres de observación, a veces en oposición a las del sitiador, emplazamiento de artillería). c) Uso de las armas contra las tropas sitiadoras o contra las obras de asedio. El fuego tiene una extraordinaria importancia. El asalto a los muros se rechazaba arrojando desde lo alto objetos pesados y derribando las escalas con horquillas (furcae). Contra el ariete se usaban centones que atenuaban el choque, o se trataba de volcarlo enganchando al propio ariete o la testudo que lo protegía con cuerdas provistas de garfios (laquei, forfices, lupi) o de aplastarlo con grandes masas lanzadas desde el adarve. Un arma usada frecuentemente en la defensa desde los muros son los pila muralia, grandes lanzas de madera, hasta de 2 metros de largo, sin moharra metálica, sino con ambos extremos endurecidos a fuego. Los asaltantes se protegían de los proyectiles lanzados desde lo alto de las murallas con varios procedimientos. Entre éstos están: a) El mantelete -vinea-. El mantelete era una máquina de guerra construida con maderos y cubierta con pieles o sacos mojados debajo de la que los soldados podían avanzar a cubierto de los proyectiles o del fuego lanzado por el enemigo; se movía sobre ruedas. A veces se reunían varios manteletes formando verdaderas galerías. b) La testudo. La testudo era una vinea con un techo más fuerte, bajo el que los asaltantes accionaban el ariete o bien minaban el muro. También era una formación de asalto, en la que los soldados se apiñaban con los escudos puestos sobre sus cabezas a modo de caparazón de tortuga. c) Una galería -musculus- cubierta y móvil bajo la que se protegían los sitiadores. d) El pluteus. Vegecio lo describe como un escudo de mimbre, cubierto de pieles y movible sobre 3 ruedas o rodillos, uno en medio y otro en cada extremo. En la técnica romana de la guerra de sitio la artillería desempeñaba un papel secundario, pues operaba principalmente para limpiar de defensores los muros y para proteger las obras de aproximación y lo que pudiéramos llamar ingeniería de asalto. La artillería era poco eficaz contra los muros y el medio preferido de penetración era abrir brecha en las fortificaciones. El recurso a máquinas de guerra -tormenta- no se hizo frecuente sino a partir del siglo III a.C., fecha en la que la técnica del asedio estaba ya bastante desarrollada. Las máquinas de artillería más importantes fueron: a) La catapulta, con la que se disparaban proyectiles con pequeños ángulos de tiro. b) La balista -ballista-, con la que se lanzaban proyectiles con un ángulo de 45 grados; de este modo se podían franquear los obstáculos elevados. c) El onagro -onager-, con el que se disparaban piedras y teas encendidas a grandes distancias, pues disponía de una palanca que se podía tensar. El principio de todas estas máquinas estaba en la tensión de un haz de fibras que, al soltarse, impulsaba las piedras o proyectiles colocados en sus brazos. La artillería romana no tuvo una organización autónoma; fue una artillería de acompañamiento. No es exclusivamente una artillería de plaza o de sitio, sino también una artillería de campaña. 8. EL EJÉRCITO EN MARCHA. Generalmente el ejército, cuando efectuaba un movimiento lejos del enemigo, marchaba en columna -agmen-. Desde la época de la República son conocidos dos tipos de marcha: el agmen pilatum y el agmen quadratum. · El agmen pilatum. En esta formación el ejército está dispuesto en columna. Marchan en primer lugar los extraordinarii. Siguen a éstos el ala derecha de los socii y la impedimenta de éstos, detrás. Luego, las dos legiones, cada una de las cuales lleva detrás su impedimenta. a continuación, el ala izquierda de los socii, con su impedimenta. Detrás las acémilas con el equipaje del ejército, protegidas por una parte de la caballería, pues el resto marcha con las unidades de infantería, a las que está unida. Las legiones y las alas de socii alternaban por días el orden de marcha con el fin de lograr equilibrio en la llegada a los lugares de abastecimiento del ejército. · El agmen quadratum. Esta formación se utilizaba cuando había peligro de un ataque enemigo, ya que, por su longitud, el agmen pilatum era muy vulnerable. Sin embargo no está muy claro la disposición exacta de las unidades en este orden de marcha. Parece ser que los manípulos iban unos junto a otros, de manera que, si eran atacados por un flanco, fácilmente pudieran presentar un frente de batalla. Otros tipos de formaciones son: · El agmen munitum. Se caracteriza porque la impedimenta iría flanqueada por las legiones, y la vanguardia y retaguardia estarían protegidas por los socii y auxilia y la caballería. · El agmen expeditum. No se refiere a una disposición especial, sino a que los soldados iban preparados para luchar sobre la marcha y por tanto no llevaban equipaje, sino sólo las armas. · El orbis. A veces, cuando se esperaban ataques por múltiples frentes, se formaba el orbis, una formación redonda con más o menos regularidad, dejando en el interior las acémilas y bagajes. Se calcula que el legionario romano realizaba cada día una marcha de 20 a 25 kms. -iustum iter-, aunque en caso de premura, se iba a marchas forzadas -magnis itineribus-, que podían llegar a los 50 kms. El soldado romano, aunque a veces llevaba sólo las armas, por lo general llevaba con él sus efectos personales. En total, y sin contar las armas, parece que el bagaje pasaba de los 30 kilos. Normalmente las marchas no duraban muchos días, pero en caso de que duraran varios días, cada cuatro o cinco había un descanso. Dentro de las marchas, conviene destacar el paso de los ríos, por las dificultades que presenta. Generalmente se hacía por vados. Cuando la corriente era muy fuerte, se situaban un poco más arriba del paso acémilas o jinetes para frenar un poco la fuerza. Igualmente, otro grupo más abajo para recoger a los que cayeran. Si esto no era posible, el paso se hacía por medio de puentes, generalmente flotantes, de los que el más simple era el de barcas unidas por los lados. pero presentaba dificultades para pasar las cargas y los animales, por lo que se hacía un puente uniendo balsas, que tenían la desventaja de ser superficies planas. Generalmente estos puentes se colocaban en diagonal, para romper la fuerza de la corriente. se sabe que, en ocasiones, se construyeron puentes fijos; pero esto tenía el inconveniente de las dificultades técnicas y el coste de tiempo. 9. EL CAMPAMENTO. El ejército romano dominó a la perfección la técnica de la construcción de campamentos, tanto permanentes -stativa- o invernales -hiberna-, como para fortificarse para pasar la noche, después de una jornada de marcha. En este último tipo es donde más se demuestra el dominio y la organización, de tal forma que en poco tiempo eran capaces de construir un campamento. Las noticias que poseemos del campamento fundamentalmente son de Polibio, Higinio y César. El emplazamiento del campamento dependía de la situación del enemigo, si estaba cerca o no, o si el terreno era accidentado o llano. Generalmente seguían el trazado regular; pero podía ser modificado si las circunstancias lo requerían. Los lugares preferidos eran las pendientes suaves y las llanuras. Si está el enemigo cerca, se orienta hacia él; si no, se busca en la orientación la facilidad del abastecimiento de agua y forraje. El trazado lo realiza una patrulla, mandada por un tribuno, sirviéndose de la groma, que es un instrumento óptico. El trazado interior se marca con banderas, de modo que, cuando llega el ejército, ya sabe cada soldado dónde tiene que situarse y lo que tiene que hacer. El campamento generalmente tiene forma cuadrada; durante el imperio, rectangular; pero puede adoptar otras formas, que no afectan casi a la distribución exterior. Está protegido por un foso y el vallum, que consta de agger (un terraplén), para cuya construcción se aprovechaba la tierra sacada del foso, y, sobre él, una empalizada, el vallum propiamente dicho. Fuera de este recinto sólo pernoctaban los velites y en las tiendas había un espacio libre, el intervallum, que impedía que, en caso de ser atacados repentinamente, los proyectiles alcanzaran las tiendas; además permite entrar y salir a las fuerzas sin chocar ni estorbarse mutuamente; también sirve para almacenar el botín y guardar el ganado. En la organización interna el campamento se hallaba dividido por una calle transversal, via principalis o cardo maximus, que unía las dos puertas laterales (orientado de norte a sur); ésta, a su vez, era cruzada perpendicularmente por el decumanus maximus (orientado de oeste a este), que unía la puerta praetoria y la decumana ( orientada al oeste y la más alejada del enemigo). En la parte más próxima a la puerta praetoria se instalaba lo que se pudiera llamar parte noble: el pretorio, en un lugar destacado y que dominara todo el campamento; a un lado del cual estaba el foro y a otro, el cuestorio y el tribunal, donde se realizaban los augurios. A ambos lados de este núcleo se situaban la caballería y las tropas elegidas; detrás las tropas auxiliares y, delante, las tiendas de los tribunos y los legados. Al otro lado de la via principalis se hallan las legiones y los aliados. Esta parte se encuentra dividida por una calle paralela a la principal, via quintana, y las tropas están divididas en cuadrados o rectángulos por pequeñas calles, strigae. Este tipo de campamento, que es el conocido bajo la República, subsiste, en líneas generales, durante el Imperio. Varía, a veces, la distribución de la tropa, ya que, en situación de peligro, los auxilia quedan en el interior y las legiones, en el exterior; pero la distribución es casi igual.