martes, 30 de abril de 2013

LAS TERMAS ROMANAS

"Balnea termas" era como llamaban los romanos a los edificios que albergaban sus baños públicos. Las termas fueron los primeros intentos de proporcionar baños comunales a gran escala, pero lo cierto es que cuando el emperador Agripa diseñó y creó las primeras grandes termas en el año 25 a.C., los ciudadanos romanos ya llevaban más de 200 años disfrutando de pequeños balnearios. Estos pequeños balnearios estaban diseñados principalmente para el disfrute vecinal; había muchos y podía encontrarse uno cada pocas casas. La popularidad que alcanzaron fue lo que impulsó a Agripa a construir una colosal casa de baños en una zona céntrica de Roma. Pero no todos los romanos estaban entusiasmados con las termas. Séneca, el filósofo y estadista, opinaba que "la sudoración debe ser resultado de un gran esfuerzo físico y no de una improductiva sesión en una sala caliente". Las termas se convirtieron en uno de los proyectos principales de todos los emperadores posteriores a Agripa. Cada uno de ellos trató de dejar en mal lugar a su predecesor, haciendo su baño más espacioso, más espléndido y más popular. Los baños llevaban el nombre del emperador que los había construído y los más importantes fueron los de Nerón en el año 65, Tito en el 81, Domiciano en el 95, Cómodo en el 185, Caracalla en el 217, Diocleciano en el 305 y Constantino en el 315. Para asegurar su popularidad y la notoriedad del emperador, los precios para utilizar los baños eran ridículamente bajos o incluso gratuitos. Como no generaban suficientes ingresos las termas tuvieron que ser subvencionadas. Los emperadores, por supuesto, gozaban de sus propios baños privados y de algunos de ellos se dice que se bañaban siete u ocho veces al día.
Terma de Caracalla
Avances tecnológicos Algunas de las termas fueron lo suficientemente grandes como para dar cabida a miles de personas. La de Diocleciano, por ejemplo, tenía capacidad para albergar a 6.000 bañistas. Esto sólo pudo ser posible gracias a importantes avances tecnológicos. Los problemas de ubicación se resolvieron mediante la mejora de los acueductos. Los ingenieros romanos mejoraron el sistema de calefacción griego llamado 'hipocausto', que consistía en canalizar aire caliente procedente de un horno, a través de tubos de barro cocido situados bajo las losas del suelo. Con este sistema se obtenían unas temperaturas tan altas, que los bañostas debían proteger las plantas de sus pies con un calzado especial.
Terma de Diocleciano
Utilización Los patricios se hacían acompañar por un esclavo y llevaban sus propios enseres para el baño: pinceles, frascos con aceites y utensilios para frotarse la espalda. Los más pobres sustituían los aceites por harina de lentejas y se frotaban la espalda unos a otros. La rutina comenzaba con una extenuante sesión de ejercicios en la palestra. Posteriormente, el bañista se introducía en el 'tepidarium' donde se relajaba mientras era ungido con aceites. A continuación se pasaba al 'caldarium' donde se tomaba un baño caliente, y finalmente al 'frigidarium' donde el baño era con agua fría. Después de finalizar la sesión, los bañistas se retiraban a las zonas exteriores donde hacían vida social. Las termas romanas fueron bautizadas por los primeros cristianos como 'catedrales de la carne'.

EL TIEMPO Y EL CALENDARIO ROMANO

La Vida de los romanos estaba regida por un calendario de origen etrusco o anterior.
El año constaba de 10 meses; cuatro de 31 días y seis de 30, en total 304 días. Los cuales eran divididos a su vez en décadas, es decir, 10 días (semanas de 10 días).  

                        El día estaba dividido en 24 horas, 12 diurnas y 12 nocturnas, guiadas por el sol. El tiempo era medido por relojes de sol, solarium. También se conocía el uso de las clepsydra, relojes de agua, parecidos a los de arena. Por la mañana estaba la prima, de 6 a.m a 7, la secunda de 7 a 8, la tertia de 8 a 9, la quarta de 9 a 10, la quinta de 10 a 11 y la sexta de 11 a 12. Por la tarde la septima de 12 a 1, la octava de 1 a 2, la nona de 2 a 3, la decima de 3 a 4, la undecima de 4 a 5, la duodecima de 5 a 6. Por la noche la prima vigilia de 6 a 9, la secunda vigilia de 9 a 12, la tertia vigilia de 12 a 3 y por último la quarta vigilia de 3 a 6 a.m.
Los días eran: Lunes del latín "lunae dies", día de la luna. Se atribuye a la luna una cierta influencia sobre los seres humanos. Martes del latín "martis dies", día de Marte. Marte era el dios de la guerra. Miércoles del latín "mercuri dies", día de Mercurio. Era el dios del comercio y el de los viajeros, por ese motivo sus templos se edificaban a la entrada de los pueblos. Jueves del latín "jovis dies", día de Júpiter. El dios del cielo, de la luz del día, del tiempo atmosférico. Viernes del latín "veneris dies", día de Venus. Antes de la fundación de Roma, Venus era venerada como la diosa protectora de los huertos, pero a partir del siglo II a.e.c. se la denominó diosa del amor. Sábado "saturnis dies" sustituido por los cristianos por el sabbatum, del hebreo "sabbath" que significa descanso. Para los hebreos y la gente que vive en Israel es el último día de la semana. Domingo "solis dies", sustituido por los cristianos posteriormente, del latín "dominicus dies", día del Señor.
El año comenzaba el 1 de marzo. Los meses eran:
Martius, dedicado a Marte; también era venerado como una divinidad de la vegetación, ya que en este mes empieza la primavera y con ella el florecer de las plantas. (31 días).
Aprilis, derivado de Aperire (Aperta), abrir, porque la tierra se abre este mes, “las flores”; también tiene que ver con una veneración a “Aper”, jabalí venerado por los romanos y la etimología de origen oriental “aparas” siguiente, o sea, siguiente al primer mes, ya que es el segundo  (30).
Maius consagrado a Maia, una de las siete hijas del personaje mitológico griego Atlas y Pleyone, también se identifica con una diosa unida a Vulcano. O con dos "maiorum”  ancianos, con lo cual este seria su mes  (31).
Junio dedicada a la diosa etrusca Iuno, muy venerada por las mujeres casadas y las jóvenes que se disponían a dar a luz (30).
El resto de meses adquiría su nombre según el orden numérico Quintilis (31), Sextilis (30), September (30), October (31), November (30) y December (30).
Posteriormente los Etruscos introdujeron los meses de Enero y Febrero. Numa Pompilo (716-673 a.e.c.) añadió los meses de Ianuarius, dedicado a Jano dios de las puertas, al comienzo del año; pero una vez que la dinastía fue expulsada en el siglo VI a.e.c. ,siguió siendo Marzo el primer mes del año hasta que a mediados del siglo II a.e.c. se retomo Enero. Y Februarius, dedicado a Plutón (Februus) dios del infierno, de los muertos; al final del año, se consagró como un rito de purificación, para que los difuntos no hicieran daño o no molestaran. Además redujo el número de días de los meses para sumar un total de 355 días, con lo que adaptaba el calendario al ciclo lunar. Los meses quedarían así:
Ianuarius (29 días), Februarius (28), Martius (31), Aprilis (29), Maius (31), Iunius (29), Quintilis (31), Sextilis (29), September (29), October (31), November (29) y December (29).
No existían meses con número de días par, porque los primeros romanos los consideraban de mala suerte, excepto el mes de febrero, y por esa misma razón el año tiene 355 días, en lugar de los 354 de ciclo lunar.
Cada dos años se añadía un mes de 22 ó 23 días (Mercedinus, o Mercedonius). Este mes se intercalaba entre el 23 y el 24 de febrero, y los cuatro días que quedaban de febrero se consideraban incluidos en Mercedinus. Así el año tenia un total de 366 días y cuarto. Para evitar este desfase en el año 450 a.e.c. se acordó que cada ocho años se intercalara tres veces el Mercedinus: la octoetérida. La octoetérida se fundamenta en los cálculos que realizó Cleostrato de Tenedos en el año 500 a.e.c. La intercalación, y el cómputo de los años, estaba en manos de los sacerdotes, quienes obraban, según sus intereses. Las reglas de cálculo del calendario fueron secretas hasta que Cneo Flavio las robó en el 304 a.e.c. El sistema era demasiado complicado y arbitrario.
En tiempos de Julio César había un desfase de tres meses entre el año civil y el astronómico, por lo que se hacía imprescindible una reforma. El desajuste era tan grande que el Emperador encargó al astrónomo griego Sosígenes que le asesorase sobre la reforma del calendario. Sosígenes aconsejó abandonar el calendario lunar para adoptar un calendario basado únicamente en el año solar. Cesar decretó a continuación que cada año tendría a partir de entonces 365 días, añadiéndose un día extra cada cuatro años (año que más tarde se vino a llamar bisiesto), en el mes de febrero. Para compensar el desfase acumulado, se decretó que el año 46 a.e.c. tendría 445 días. En honor del reformador, se cambió el nombre de un mes, que vino a llamarse julio. Este calendario se conoce como juliano desde entonces. Este calendario es usado hoy en día en algunas iglesias orientales. En Occidente se uso hasta 1582, año en que el Papa Gregorio XIII lo corrigió y es el que utilizamos en la actualidad.
En la época imperial, quintilis y sextilis fueron sustituidos por Julio y agosto en honor de Julio César y de Octavio Augusto.
La manera de contar los días resulta al menos curiosa. El mes lunar tenía tres fechas señaladas: las calendae (el primer día y es de donde proviene la palabra de calendario, se correspondía con la luna nueva), las nonae (el quinto día, se correspondía con el cuarto creciente) y los idus, la luna llena, el decimotercer día).
Los días se denominaban dependiendo de los días que faltasen hasta la próxima fecha señalada. Las calendas eran el primer día del mes, las nonas eran el día 5 (excepto en marzo, mayo, julio y octubre que eran el día 7), y los idus eran el día 13 (excepto en marzo, mayo, julio y octubre que eran el día 15). Esta división procede del ciclo lunar.
Teóricamente las calendas corresponden al novilunio, las nonas al cuarto creciente y los idus al plenilunio. El día anterior también se llamaba vísperas, y el anterior a las vísperas antevísperas. Se llamaba calendao, o avisos, el primer día porque en este día los pontífices, supuestamente utilizando una formula ancestral, avisaban desde el Capitolio si las nonae caerían al séptimo o el noveno día del mes y los idus el 13 ó 15 del mes. No existían semanas propiamente dichas, como hemos citado con anterioridad, aunque se celebraba un mercado cada ocho días, y los días entre mercados se designaban: A, B, C, D, E, F, G y H, que se sucedían correlativamente comenzando a contar con A desde el 1 de enero.
Los romanos contaban sus años, en los documentos oficiales, según quien gobernara, reyes cónsules o emperadores.
Fue Terencio Varrón quien estableció, definitivamente, que la fundación de Roma había tenido lugar en el año 753 a.e.c. No obstante hubo intentos anteriores como el de Fabio Pictor, que la estableció en el 747 a.e.c.; Polibio, 750 a.e.c.; Marco Porcio Catón, 751 a.e.c.; y Verrio Flaco, 752 a.e.c.; datos que se deben tener en cuenta a la hora de datar hechos. Tito Livio se adhiere a la fecha de Catón, aunque en ocasiones usa la de Fabio Pictor. Cicerón usa el cómputo de Varrón, que al final es el usado por Plinio, y el empleado por los historiadores modernos. Esta era comenzaba el 21 de abril, aunque normalmente se reduce al 1 de enero.
Los días festivos del calendario romano eran marcador por el Pontifex Maximus, quien decidía cuando se podían realizar actividades públicas y privadas.
En resumen; el calendario desde la época imperial hasta el año 1582 con la reforma del papa Gregorio XIII, era:
Ianuarius (30 días), Februarius (28), Martius (31), Aprilis (31), Maius (31), Iunius (30), Iulius (31), Augustus (31), September (30), October (31), November (30) y December (31).
Cada 4 años se añade un día extra al mes de Febrero para corregir el desfase con el calendario Astronómico; llamado año bisiesto.
Este es el llamado calendario Juliano.
Nivel de estudios
Edad de los alumnos
Nombre del profesor
Planes de estudio
 
Locales
Metodología
Elemental (primario)
 7-11
(En el Imperio, para pobres había escuelas gratuitas)
 
 
Ludi magister o Litterator
Lectura, escritura, cuentas y memoriza-ciones sencillas. Ley de las Doce Tablas.
Objetivo: cultura básica y actitud cívica.
Pergulae =  azoteas o tabernae =  tiendas
 
Memorización, castigos corporales: se usa la férula
Medio (secundario)
 12-16
(ricos o privilegiados)
 
 
 
Grammaticus
Explicaciones de poetas griegos y romanos.
Se persigue el perfecto dominio de la lengua
Tabernae a lo largo del foro, abiertas al público
Comentario de texto total: gramática, métrica
historia
mitología,geo-grafía.
Memorización
Superior (uni-versitario)
 17-20
(alumnos que aspiran al cursus honorum -carrera política-).
 
 
 

Rhetor

Oratoria: reglas, fórmulas, dicursos, declamaciones.
Objetivo: formar para la elocuencia
Pórticos del foro. Desde el Imperio el Estado facilita hermosas aulas.
 
Ejercicios prácticos: suasoriae
controversiae
 La lectoescritura es un proceso y una estrategia. Como proceso lo utilizamos para acercarnos a la comprensión del texto. Como estrategia de enseñanza-aprendizaje, enfocamos la interrelación intrínseca de la lectura y la escritura, y la utilizamos como un sistema de comunicación y metacognición integrado.

Se llama desarrollo del lenguaje (o adquisición de la lengua materna) al proceso cognitivo por el cual los seres humanos adquieren la capacidad de comunicarse verbalmente usando una lengua natural.
se produce en un período crítico, que se extiende desde los primeros meses de vida hasta el inicio de la adolescencia. En la mayoría de seres humanos el proceso se da principalmente durante los primeros cinco años, especialmente en lo que se refiere a la adquisición de las formas lingüísticas y de los contenidos. Durante estos primeros años tiene lugar a mayor velocidad de aprendizaje y se adquieren los elementos básicos y sus significados, y hasta la preadolescencia se consolida el uso, la inferencia pragmática y la capacidad para entender enunciados no-literales (irónicos, sarcásticos, etc.). Los primeros años, constituyen el período fundamental aunque el desarrollo del lenguaje se prolonga mucho más allá de los primeros años.

Muchas  investigaciones siguen realizándose sobre el estudio de las lenguas. En las que se hacen  en el ámbito de las lenguas extranjeras en particular, cabe siempre reconocer las diferencias entre individuos, la manera cómo aprender y los entornos en que se encuentran. El autor de esta reflexión se sirve de estas realidades para recordar el indispensable papel de los docentes, así como el que desempeñan los factores biológicos de los aprendientes en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
La caligrafía (del griego καλλιγραφία) es el arte de escribir con letra artística y correctamente formada,
siguiendo diferentes estilos; pero también puede entenderse como el conjunto de rasgos que caracterizan la escritura de una persona o de un documento.

miércoles, 24 de abril de 2013

LA EDUCACIÓN (La Antigua Romana)


  Infantes

La lactancia y los primeros cuidados, eran consagrados a una ama de crianza, ama de leche o nodriza es una mujer que amamanta a un lactante que no es su hijo, considerada por el niño como una segunda madre. Los primeros juguetes eran los sonajeros (crepitacula).(nutritor o tropheus), responsable de enseñarle a leer y de su educación hasta la pubertad, que con sus propios padres debían dirigirse llamándole domine (señor).

La escuela

La escuela estaba regida por el calendario religioso, las clases se daban por las mañanas y era mixta hasta los doce años. Un grammaticus era el responsable de enseñarle a los niños los autores clásicos y la mitología, mientras que a las niñas, consideradas adultas a los catorce años (domina, kyria), podían tener un que le enseñara los clásicos. La educación tenía lugar en el gymnasium o en la palaestra. En oriente, las principales materias eran Griego, Homero, Retórica, Filosofía, Música y Deporte. En cambio, en la mitad occidental, se enseñaba además latín, en detrimento de la música y el deporte. A los dieciséis o diecisiete años, había una bifurcación en el camino de los jóvenes, que tenían que decidirse por el ejército, o los estudios (cursus honorum).

La edad

La mayoría de edad se conseguía al vestir la toga viril, decisión que dependía del tutor o del padre. Que el hijo formara una familia (paterfamiias)era sólo posible tras la muerte de su padre, siendo condenados a muerte por el padre si incumplían esta norma. Entre tanto, sus hijos recibían un pequeño salario (peculium)y debían responder a su autoridad (patria potestas)'

[editar] La escritura

Escribían generalmente sobre papiro o pergamino, aunque también utilizaban en menor medida tablillas de marfil o de cera. Tenían útiles de escritura como el punzón y el tintero.Los padres fueron los que educaron a los hijos en la Roma de los primeros tiempos. Las costumbres, las creencias y las leyendas iban pasando así familiarmente de unas generaciones a otras. Generalmente, era la madre (si sabía) la que enseñaba a leer, escribir y hacer cuentas. El padre procuraba irle enseñando las leyes y costumbres de todo buen ciudadano romano.

Expansión

Con la expansión de Roma, sobre todo al conquistar Grecia, se hizo necesario abrir nuevos caminos en el mundo de la educación. Así, las familias que tenían medios pudieron disponer del siguiente plan de estudios para sus hijos:
De pequeños podían tener un maestro en casa (magister), que generalmente era un esclavo o liberto griego o bien ir a una escuela llevados por un esclavo (pædagogus) que después también les repasaba las lecciones en casa. En la primera etapa educativa, el niño aprendía con un maestro (magister ludi, litterator y calculator) a leer, escribir y hacer cuentas. La disciplina era severa, pero los niños jugaban con letras de madera o marfil y con ellas aprendían a leer y a escribir. Por eso a esta escuela le llaman «juego» (ludus) y el maestro era magister ludi. La escuela se situaba en un pequeño cuarto (taberna, pergula), en una cabaña o en el jardín (según el tiempo y las posibilidades). El maestro tenía una silla (cathedra) o un taburete (sella). Los niños se sentaban en escaños (subsellia). Los instrumentos de trabajo eran unas tablas enceradas (tabulæ, ceræ) en las que rascaban con punzones (stilus) que por un lado eran puntiagudos y por otro acababan en una espátula con la que se alisaba la cera y así quedaba lista para volver a escribir en ella (stilum vertere).
La segunda etapa podía ser privada o pública. El profesor era el grammaticus que enseñaba a entender y comentar los textos literarios. Comentando los textos clásicos, los niños aprendían de todo: geografía, historia, física, religión, etc. Con el tiempo, la grammatica empezaría a ser también estudio sobre la lengua que hablaban y esta innovación acabaría eliminando el primitivo concepto de grammatica. La tercer etapa preparaba en la elocuencia al futuro político romano. El profesor era el rhetor (maestro de oratoria). Quintiliano, por ejemplo, escribió muchas notas pedagógicas de cómo formar al orador. Entre los ejercicios frecuentes estaba la realización de juicios ficticios en los que unos alumnos acusaban y otros defendían.

LA FAMILIA ROMANA


 1.- Características de la familia romana

Hemos heredado de los romanos muchos aspectos relativos al ámbito familiar (costumbres, marco jurídico, términos lingüísticos,...), pero si queremos caracterizar a la familia romana no debemos fijarnos en las semejanzas con una familia actual, sino en las diferencias que existen entre ambas. Son precisamente las diferencias las que dan identidad propia, las que singularizan y definen. Por esta razón nos vamos a centrar en el estudio de dos ámbitos en los que la familia romana se aleja sensiblemente de una familia actual, a saber, la composición de la unidad familiar y el poder del cabeza de familia.
Por lo que respecta a la composición, en Roma integraban una familia no sólo las personas ligadas por vínculos de sangre, i.e., cónyuges e hijos, sino también todos aquellos que mantenían una relación de dependencia con el "pater familias" (esclavos, libertos y clientes). Una familia romana, por tanto, era mucho más amplia que una familia actual y podía estar formada por cientos de personas.
En cuanto al cabeza de familia, en Roma este papel correspondía indefectiblemente al padre o “pater familias”. Un "pater familias" romano tenía un poder enorme, la llamada “patria potestas” o “manus”, y en uso de él podía incluso matar a cualquier miembro de su familia (esclavos, desde luego, pero también hijos e incluso esposa en algunos casos). Actualmente las cosas han cambiado un poco: la antigua "patria potestas" la comparten padre y madre, se ejerce sobre los hijos hasta la mayoría de edad y no conlleva una autoridad tal que permita causar daño, y mucho menos matar. De todos modos nuestra lengua, más conservadora que nuestras costumbres, sigue evocando a la familia romana en palabras y expresiones referidas al poder/autoridad del cabeza de familia (patria potestad, emancipación, pedir la mano, etc).
Atendiendo a su amplitud y al poder del “pater familias” un historiador norteamericano ha comparado la familia romana con una familia mafiosa.

2.- Esclavos
Los esclavos eran personas privadas de libertad, explotadas como fuerza de trabajo, a las que se podía comprar y vender como vulgares mercancías.

a) Vías para la esclavitud
En Roma la condición de esclavo podía adquirirse por varias vías:
  • Por nacimiento. Todo hijo de una esclava se convertía automáticamente en esclavo del dueño de su madre. Los esclavos de este tipo, nacidos en el seno familiar, eran particularmente apreciados por su fidelidad y recibían el nombre de "vernae".
  •  Por derecho de conquista. Los romanos subastaban ("sub hasta") como esclavo a todo enemigo capturado en el curso de una guerra. Esta costumbre pervivió hasta la Edad Moderna (en el 995 Otón el Grande, rey de Germania, derrotó a los húngaros, pueblo eslavo, y vendió como esclavos a los prisioneros; su número era tal que desde entonces el genticilio "eslavo/esclavo" -slave- se convirtió en sinómino de siervo).
  • Por insolvencia. Un deudor insolvente podía ser reducido a esclavitud por sus acreedores. El dinero obtenido de la venta era destinado a cubrir la deuda contraída. A finales de la República este derecho, dado lo impopular que era, no se ejercía.
  • Por exposición o venta. Era habitual en Roma abandonar a los hijos recién nacidos si no eran acogidos en el seno familiar. Los bebés expuestos podían ser recogidos por cualquiera para criarlos y venderlos como esclavos.

b) Mercados
Los esclavos eran comprados y vendidos por los "mangones", mercaderes especializados, en mercados específicos. En estos mercados los esclavos, desnudos y con un cartel colgado del cuello que indicaba sus habilidades ("titulus"), eran expuestos sobre una plataforma que facilitaba su examen por los posibles compradores. Aquellos esclavos que no habían tenido antes amo llevaban uno o ambos pies blanqueados con yeso.
Mercado de esclavos

c) Tipos y función de los esclavos
Los esclavos domésticos vivían en la casa familiar y estaban destinados al servicio de los otros miembros de la familia (pedagogo, peluquero, cocinero,...). Su situación era privilegiada si se les compara con los esclavos empleados en negocios familiares (artesanía, minería, agricultura). Muchos esclavos de este último tipo ni siquiera conocían a su dueño: un capataz se encargaba de controlarlos.
d) Trato y consideración
Para los romanos los esclavos eran personas incompletas sin madurez afectiva, ni intelectual. De hecho el nombre genérico que se les daba era el de "puer" (curiosamente la sociedad esclavista de Norteamérica coincide en esta consideración pues llamaba "boys" a los esclavos). Clarificador a estos efectos es un poema de Horacio en que habla de un paseo que había dado por el campo. A pesar de que lo acompaña un esclavo, el poeta asegura que no hay nada tan grato como pasear a solas. Evidentemente para Horacio un esclavo no era compañía, o no lo era más de lo que podía serlo un perro.
El "pater familias" podía castigar incluso con la muerte la torpeza de un esclavo. De todos modos esta medida era poco práctica -suponía una pérdida económica- y cada vez estaba peor vista socialmente.
A pesar del razonable trato que recibían, algunos esclavos, incapaces de adaptarse a la condición servil, terminaban huyendo o al menos lo intentaban. Si eran atrapados, el dueño, a manera de castigo y advertencia para próximos compradores, grababa a fuego en su frente las letras "FUG" de "Fugitivus".
Algunos esclavos, en su empeño por ser libres, llegaron a organizarse y a enfrentarse al ejército romano en las llamadas guerras serviles. La más famosa de todas ellas fue encabezada por Espartaco en el siglo I a.C.

3.- Libertos
PíleoLos libertos eran esclavos manumitidos, liberados por su amo (de ahí el nombre). Era frecuente que el "pater familias" manumitiera, concediera la libertad, a los esclavos más fieles y laboriosos, sobre todo en su testamento.
Los esclavos que pasaban a ser libertos celebraban y anunciaban a todos su nueva condición colocándose durante un tiempo un gorro frigio, el píleo, que luego adoptaron los revolucionarios franceses para simbolizar la adquisición de la libertad. 
Jurídicamente los libertos, a pesar de ser libres, eran ciudadanos incompletos ya que tenían derechos civiles (casarse con una romana, ...), pero no políticos. Sus hijos, en cambio, ya gozaban de la plena ciudadanía.
Todo liberto seguía ligado como cliente a la familia de su antiguo amo.

4.- Clientes
Los clientes eran ciudadanos libres que habían establecido una  relación de apoyo y socorro mutuo con otros "pater familias" mejor situados social y/o económicamente que ellos. Estos "pater familias" recibían el nombre de patronos.
El cliente debía prestar los siguientes servicios al patrono:
  • Apoyo electoral e incluso militar.
  • Presentarle sus respetos todas las mañanas ("salutatio")
A cambio podía contar con la ayuda del patrono en los pleitos y en las dificultades económicas. De hecho los que carecían de medios recibían en la "salutatio" una cestita, la "sportula", con alimentos para el día.
El vínculo patrono-cliente no es exclusivo de Roma. En la Hispania prerromana existía algo parecido, la "devotio", en virtud de la cual una persona se comprometía a defender con su propia vida a otra de mayor prestigio. Si ésta moría violentamente, la otra debía morir también.

5.- Los hijos
Los hijos, por oposición a los esclavos, son llamados a veces "liberi/-orum", término que procede del adjetivo "liber/-era/-erum: libre". A pesar del nombre, la situación jurídica de los hijos difiere poco de la de los esclavos ya que la "patria potestas" daba al "pater familias" un enorme poder sobre ellos.
Este poder se sustanciaba en los siguientes derechos:
  • “Ius exponendi”, derecho a aceptar o no dentro de la familia al recién nacido. Cuando un niño nacía era depositado por la comadrona en el suelo. Si el padre aceptaba al hijo, lo recogía u ordenaba que fuera amamantado;  en caso contrario era abandonado en un vertedero o junto a la columna Lactaria.
  • Las causas que llevaban a un padre a rechazar a un hijo eran muchas (defectos físicos, dudas acerca de la paternidad, ...). Eso sí, era más fácil que fuera expuesta una niña que un niño.
    La exposición de un hijo no deseado era una práctica tan habitual en Roma que ni las leyes consiguieron frenarla (desde Rómulo existía una ley de dudosa eficacia que penaba con la confiscación de la mitad del patrimonio el abandono de un varón o de una hembra, si ésta era la primera hija).
  • "Ius vitae necisque", derecho a ordenar la muerte de cualquiera de los hijos. Se trata de una medida extrema que el "pater familias" tomaba generalmente tras consultar a un consejo de familiares y para castigar una falta gravísima (comisión de delito contra el Estado en caso del varón, relaciones ilícitas en caso de la hija).
  • " Ius vendendi", derecho a vender a los hijos como esclavos. Si el niño vendido era manumitido por su amo, volvía a estar sometido a la "patria potestas". El hijo sólo conseguía ser "suo iure" si era vendido tres veces por el padre y manumitido otras tres por el amo. En el caso de las hijas con una bastaba.
La existencia de estos derechos no implicaba que fueran ejercidos indiscriminada o caprichosamente ni que la situación fuera la misma en todo momento:
  • Los dos últimos derechos no se ejercían ya a finales de la República. Por eso despertó tanta indignación la actuación de Catilina, noble romano que en el siglo I a.C. mató a su hijo de 12 años, fruto de un matrimonio anterior, sin otro motivo que propiciar un futuro matrimonio.
  • En época imperial por influencia del cristianismo todos estos derechos terminaron desapareciendo.

6.- La esposa
La situación de la esposa estaba condicionada por el tipo de matrimonio que la uniera a su marido. Existían dos clases:
* El más antiguo era el matrimonio "cum manu". En virtud de este matrimonio el padre renunciaba a la patria potestad sobre su hija para asumirla el esposo. La mujer estaba sometida a la autoridad de su marido "filiae  loco", i.e., a manera de una hija, por lo que su esposo podía castigarla incluso con la muerte en caso de faltas graves (infidelidad, ...).
* El matrimonio "cum manu" fue sustituido a partir del siglo II a.C. por el matrimonio "sine manu", en que el padre, a pesar del matrimonio, conservaba la "patria potestas" sobre la hija. Esta circunstancia daba cierta independencia a la mujer, y más cuando la dote que aportaba al matrimonio era cuantiosa, ya que el marido hacía lo posible para no contrariarla y no perderla con un divorcio.
El matrimonio "sine manu", del que poseemos más datos, se podía disolver por iniciativa de cualquiera de los cónyuges (la esposa debía consultar con sus padres). El trámite era muy simple y rápido. Consistía en enviar a la pareja una nota con este mensaje: "Tuas res tibi habeto".
Volver a la página principal

LA ARQUITECTURA RELIGIOSA:

Los griegos fueron quienes desarrollaron en mayor medida la función ornamental de la columna, elemento arquitectónico ya existente con anterioridad. Fueron ellos quienes fijaron unas normas o cánones de composición arquitectónica en tres estilos (u órdenes clásicos): dórico, jónico y corintio, aunque los dos primeros son los principales. Durante el período helenístico apareció el capitel compuesto. Posteriormente, los romanos asumieron esta tipología, aunque introdujeron algunas variantes.
La columna consta de basa, fuste y capitel. Sobre las columnas se asienta el entablamento, que consta de arquitrabe, friso y cornisa. Sobre las fachadas principales, formados por el tejado a dos aguas, están los frontones. Estos estilos se conocen sobre todo por los diferentes capiteles de las columnas, pero hay diferencias en la mayor parte de los elementos de diseño y decoración entre los órdenes, como la proporción alto/diámetro de la columna y las formas del entablamento.
Los propios griegos usaron los nombres de dórico y jónico, lo que reflejaba su creencia de que los estilos descendían de los griegos dorios y jónicos de la Edad Oscura, pero es improbable que esto sea cierto.


VENUS

Venus era una importante diosa romana relacionada principalmente con el amor, la belleza y la fertilidad, que desempeñaba un papel crucial en muchas fiestas y mitos religiosos romanos. Desde el siglo III a. C., la creciente helenización de las clases altas romanas la identificó como equivalente de la diosa griega Afrodita. De esta forma Venus fue la esposa de Vulcano. Virgilio, como halago a su patrón Augusto y al gens Julia hizo a Venus, a quien Julio César adoptó como su protectora, ancestro del pueblo romano a través de su legendario fundador Eneas y su hijo Iulus

En la mitología

Venus solía asociarse con la diosa griega Afrodita y la etrusca Turan, tomando aspectos prestados de ambas. Como con la mayoría de las demás deidades del panteón romano, el concepto literario de Venus está cubierto por las ropas tomadas de los mitos griegos literarios de su equivalente, Afrodita. La anterior diosa etrusca o latina de la vegetación y los jardines pasó a ser relacionada deliberadamente con la griega Afrodita.[1] Sin embargo, según La Eneida de Virgilio, como equivalente romano de Afrodita, Venus no llegó a tener una personalidad tan marcada en su sensualidad o crueldad como la griega,[2] aunque conservara sus atributos y símbolos, como la manzana dorada de la discordia. En algunos mitos latinos Cupido era hijo de Venus y Marte, el dios de la guerra.