Venus era una importante
diosa romana relacionada principalmente con el
amor, la
belleza y la
fertilidad, que desempeñaba un papel crucial en muchas fiestas y mitos
religiosos romanos. Desde el siglo III a. C., la creciente
helenización de las clases altas romanas la identificó como equivalente de la
diosa griega Afrodita. De esta forma Venus fue la esposa de
Vulcano.
Virgilio, como halago a su patrón Augusto y al gens Julia hizo a Venus, a quien Julio César adoptó como su protectora, ancestro del pueblo romano a través de su legendario fundador Eneas y su hijo Iulus
En la mitología
Venus solía asociarse con la diosa griega Afrodita y la
etrusca Turan,
tomando aspectos prestados de ambas. Como con la mayoría de las demás
deidades del panteón romano, el concepto literario de Venus está
cubierto por las ropas tomadas de los mitos griegos literarios de su
equivalente, Afrodita. La anterior diosa etrusca o latina de la
vegetación y los jardines pasó a ser relacionada deliberadamente con la
griega Afrodita.
[1] Sin embargo, según
La Eneida de Virgilio, como equivalente romano de Afrodita, Venus no llegó a tener una personalidad tan marcada en su
sensualidad o
crueldad como la griega,
[2] aunque conservara sus atributos y símbolos, como la
manzana dorada de la discordia. En algunos mitos latinos
Cupido era hijo de Venus y
Marte, el dios de la guerra.
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